SEO: Posicionamiento en buscadores.

SEO: Posicionamiento en buscadores.

Hoy mirando en la red sobre blogs (tengo este desde 2011) me encontré con esto del SEO, que al parecer es una palabra mágica. O un timo gordo, no se bien. Pero con la que cae por el planeta se trata de eso: timar o ser timado. Picaresca que dicen mis fans. Algo que bien llevado –profesionalmente me refiero- más que un término despectivo, como pretenden mis compas hoy en día debería ser un elogio.

El caso es que lo del SEO –soy muy tarugo para lo de la terminología “post-ultra-teckno”, se trata de que pagues para que tu blog, tu página o lo que pongas en el “aire”, se vea más y te acerque al paraíso de los “superconect”.

Entonces van los capullos, se lo creen y pagan. Cuando lo que en realidad debería llevarles al pretendido “triunfo online” son los contenidos.

Lo que hoy pega, ya no es ser reportero de guerra,  piloto de motos, rolling stone o porno star. Orita lo padre es el “coaching”, que no se que carajo es esa vaina, ni me importa, pero si interesa ser uno de esos impronunciables, que al parecer ganan una lana, sentados en la compu diciendo pendejadas que sólo entienden no 4, sino muchos babosos del mismo pelaje que el güey del iphone.

Y no les quepa duda que el “Dorado” que muchos buscan/buscamos, por la red o en las chatarrerias podría estar entre las fauces de esa bola de capullos.

Va a ser cuestión de seguir mirando por si acaso por esa zona.

Al final todo es picaresca en esta puta vida y alguno terminara brincándose a los que le puentearon siempre a él.

Para explicarlo con manzanitas: En vez de hacer de donante de ideas, trucos y chambas, conviene ser ladrón de estos, que es a lo que se dedica la raza.

José Juan Aparizio.

16-Junio-2020.

PD: “Post-ultra-teckno”: Sujeto pegado visualmente a un smartphone, que habiendo perdido la facultad del habla sólo escribe y -por cierto- como el culo.

 “Superconect”: Subespecie del género anterior que aún es capaz de articular leves sonidos o fuertes gruñidos.

PARA ESO LO QUEMO.

Para eso lo quemo.

Eso dijo Ambrosio un rústico de Guadalajara provincia, pero bien podría haberlo dicho un finolis funcionario jubilata o un poligonero tatuado.

Cuando se enteró de que en el desguace ya no pagan por los carros viejos, te lo dan de baja gratis y sólo si tienes todos los papelitos e impuestos ok.

O compras un carro nuevo si hay “Pever” o subvención –todo ok lo del viejo repito- o si compras de segunda mano vas listo.

Pero esa fantasmada del “Lo quemo” sólo dura hasta la llegada a casa y la charla con la parienta que es la que manda en los chingones, después de la pataleta pues, viene la reflexión.

No lo puedes tener en la calle, la baja provisional es complicada o hay que seguir pagando de to: numeritos, ITV. Toca seguir consumiendo y de lo caro, con carro nuevo, bonito, eléctrico o a pie, nada de mendicidad motorizada, gitanerio ni chatarrismo.

¿Porque no vendes barato, mientras puedas?

200, 300, 400 € ya va siendo mucho pero es mejor que el regalo al desguace para que ellos te cobren las piezas –luego, luego- a precio de oro.

Hay que comerse el orgullo y dejar de ser español, mamón, necio, fantasma e idiota del mismo carajazo.

Y además muy lento de reflejos.

Lo pilláis figuras, más pistas imposible.

José Juan Aparizio.

6-Junio-2020.

MALOS TIEMPOS.

MALOS TIEMPOS.

Más van las olas

que vienen los vientos

para huir de esta isla

de miedo a tiempo

faltan oportunidades

y sobran lamentos.

Y vienen peores tormentas

por un horizonte cansado

de incompetencia,

de embustes,

de inconsciencia.

José Juan Aparizio.

4-Junio-2020.

FRUTAS CON MARCA.

FRUTAS CON MARCA.

Ya hace tiempo que por culpa de cuatro enterados en materia de sanidad y de “trinque” no se puede vender fruta en la calle sin condiciones mínimas y bla. bla.

Siempre compre fruta a gitanos y payos en Antonio Lopez, año de la tana o en Valença de Miño años del gato. De cesta en el suelo, la mejor.

Voy 15 kms de carretera rural gallega viendo los frutales llenos, de estupenda fruta pudrirse. La gente de fuera, latinos, rumanos, moros, me comentan siempre asombrados: “¿No la comen?”. “Ni la dejan comer contesto”.

Luego a los agricultores les pagan una mierda y en el super está –se aprovecharon del covid para subirla- por las nubes. Eso sí, con etiqueta. Para comerme la ciruela tengo que sacar la pegatina y el pegamento restante, yo que nunca pelo la fruta.

La que más me gusta son la moras “de zarza del camino”, de merienda, in situ y con to y polvo.

Como hay que ser diplomático y políticamente correcto voy a hacer una pregunta técnica a los que nos organizan todo, incluida la puta vida y también el tema de frutas y verduras.

“¿Por qué en vez de a la fruta no le ponéis las pegatinas de idoneidad en culo a vuestra parienta?”. Para entreteneros en algo –digo- que no sea joder al prójimo.

José Juan Aparizio.

3-Junio-2020.

AMOLDARSE.

AMOLDARSE.

A mucho personal le enseño su padre, su madre, la vida, la miseria, el hambre y la desesperanza a amoldarse, a conformarse y a subsistir subyugándose básicamente al dinero y al poder que viene a ser lo mismo.

Los metían en seminarios, en colegios de monjas, frailes, religiosos o de sectas tipo Opus Dei. Dónde a cambio de una educación, más o menos gratuita –para unos pobres escogidos- les ofrecían lo de siempre: Ver la luz, el camino del triunfo, la esperanza, la fe, a condición de la obediencia, la fidelidad ideológica y religiosa y claro, los abusos ancestrales: pederastia, lesbianismo, abuso sexual en general, esclavismo y básicamente sumisión.

De ahí salió una legión de majaderos y majaderas con traumas y subnormalides que aún colean por esos mundos de Dios de los cuales no logran evadirse.

Ya de pequeñito advertí la afición de los curas por los monaguillos y por los prolongados interrogatorios de confesionario, sobre todo a las mujeres: “¿Explica bien qué y como hiciste con tu novio Rosita, que si crees Dios lo perdona todo?”.

Y la carita de pasmados y julandrones que traían los que llegaban de vacaciones, después de un curso completo en el seminario, ya con el virgo en la cartera de los libros.

Cuando el párroco y primo de mi padre vino a preguntarle si me metía en el seminario, le dije a mi apá que fuera él.

Con catorce años y muy bonito en aquella época –todo se echa a perder con el tiempo- ya me imaginaba la tonada de la ranchera que cantaba aquel santón.

Cosas de andar por casa, el clero es así.

Y la verdad es que sólo me ha ido regular en esta vida porque no he conseguido –lo he intentado con poca fé- amoldarme en trabajos, ni en relaciones sociales.

Esas de las que ahora hay que distanciarse.

Pero es tarde para arrepentirse.

Por eso si salgo del asunto ese del Covid que traemos entre manos, pienso convertirme en algo más vírico que ese “Chong”.

Si Buda, Alá, Dios y Shiva  me lo permiten.

Se los juro por mi Patroncita de Guadalupe, que esa sí.

Está visto y comprobado.

Para que te respeten en esta chamba, cuanto más cabrón mejor.

José J. Aparizio.

2-Junio-2020.

French USA conecction.

French USA conecction.

El primer carro que tuve fue un Renault 4L. Ninguno de los dos teníamos papeles. Ni el ni yo. Él me enseñó a conducir, muy rápido, de Leganés a Madrid. Yo le sabía a la moto, pero nunca había manejado coche. Llegando a la Estación del Norte (la mía), desde la carretera de Extremadura, ya era un experto. Aprendí en media hora. Había ganas.

Yo enseñe –a mi “nuevo” medio de transporte- a no gastar en cosas superfluas. Sólo en combustible, para él y para mí.

Siglos después cruce México de Norte a Sur en un “fronterizo” (procedencia usa) Ford Focus. También íbamos ambos justicos de papeles. Corría tan bonito que mi novia se emputó cuando lo vendí en el tianguis de carros de Metepec.

Quería quedárselo ella.

José Juan Aparizio.

1-Junio-2020.