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miércoles, 22 de julio de 2015

LUCHA A CUCHILLO



LUCHA A CUCHILLO.

Un buen luchador a cuchillo te cortará antes de que seas capaz de ver nada en su mano. Usará manos y piernas en el combate y su primer objetivo será desarmarte, si tú también llevas arma blanca. Su puño izquierdo funciona como la daga de los espadachines. Y el puñal de la derecha –que en una cara, seguro estará serrado- te cortará en arterias importantes, golpeara con la trasera de la navaja, y solo te va a pinchar, entrando en lo que se llama “La Zona Oscura” (El cuerpo a cuerpo lugar donde se acaba la distancia de seguridad que te dan la longitud de tus brazos), cuando esté seguro de rematarte.
La lucha a cuchillo es un arte marcial tremendamente trapacero, dónde cuenta la técnica, la acrobacia y sobre todo tu capacidad de anticipar los pensamientos y movimientos del rival.
En un enfrentamiento donde hablamos de rifársela con todo, las sutilezas y la falta de concentración y de atención, no valen.
Tu vida va a depender de tu seguridad en ti mismo y en tu habilidad.
El resto son pendejadas.

José Juan Aparicio.

22-Julio-2015.

martes, 21 de julio de 2015

El nuevo-viejo truco. (Parte 1 de 2).



El nuevo-viejo truco. (Parte 1 de 2).

Barra de la Discoteca Olimpo, una de esas de gente madura, dos quince de la mañana sábado.
Mi amigo el wero está de “tranqui” acodado en la barra dando cuenta de un gin-tonic.
De pronto se acerca una hembrita –de las chidas- deja su copa de cerveza en la barra, a tres cms de la copa de mi carnal y se va, primero a la pista, jala a su amiga y salen a la puerta a fumar.
En esta España mía y nuestra, no dejan ya, fumar dentro de los antros.
Tons es cuando el güey de nuestra telenovela deja de hacerse esferas con la última morra que le trae en chinga y pisa de nuevo la tierra.
Mira alrededor, el barman distraído, las amigas bailando bachata a todo dar, el cachas del gimnasio que acompaña al grupo filpandolo con los esteroides y toda la bola de pendejos de la manada baboseando con la que tienen más cerca. La ocasión ideal.
Nuestro wero –llamémosle X- no lo duda un segundo y se “aprieta” sin pestañear la chela de la morra de un solo jalón, posa de nuevo la copa en la barra, donde estaba y a esperar paciente, sin prisa.
Cuando aquella chula se regresa a recoger su copa – no se porque chingados- lo mira a él:
-“Pues si amor, vino uno con mucha sed y se trago su alipuz luego luego, yo lo ví tan prendido que no quise bronca, además pensé –mintió descaradamente- que usted ya se devolvía pa la casa”.
- “En fin, que le hago, pos ni modo –decía en modo reproche aquella mujer- toca chingarse, además yo solo bebo una que luego me quitan puntos de la lisensia del carro”.
-“Pos que le va a hacer cuerito, tomarse otra Tecate, que pa luego es tarde, ya se la pedi yo al mesero y la invito”.
Aquí se ríe Susi – así se llamaba- agradece, se pone coqueta, pos si que bailo.
-“Que suerte lo de ese vato borracho, que ya tenía amargada la noche y me aparese una prieta cañón”.
-“Ji ji ji que cosa, usted me quiere sacar de onda”.
 -“De tu bonita porfis”. Dijo el wero pasando de la jerga Tepito a Polanco sin despeinarse.
“Lo tienes todo ok y me muero por tus huesos etc etc”.
A la final grabó el número de cel de la morra en el suyo, le hizo la perdida para que se quedara en el de ella y se despidió con un:
“Pues esta semana te llamo presiosa”.
Más dos besos, de esos que buscan más los morros que la mejilla.
Cuando se subió al carro –no se porque chigados- se le vino a la mente aquello que dicen las chicas entre ellas de:
“Nunca te acuestes con un hombre la primera noche, a no ser que también vaya a ser la última”.

En seguida la parte 2: “Pos que dicha”.

José Juan Aparicio.
21-Julio-2015.





viernes, 10 de julio de 2015

Diccionario Mex pa Tontos: “Cada venida de Obispo” y más…….



Diccionario Mex pa Tontos: “Cada venida de Obispo” y más…….

“Cada venida de Obispo”: Muy de vez en cuando, de tarde en tarde. Muy poco frecuente.

“De amor y contra ellos/ellas”: Canciones de amor y normalmente contra el sexo contrario del/la interprete. Como dice Paquíta la del Barrio: “Rata de dos patas”, por supuesto refiriéndose a un güey.

“Sintió pasitos en la azotea”: Signos de alarma, expresión normalmente utilizada para asuntos de amor y de trabajo. “A Panchito lo van a botar de la chamba”. “Se me hace que Chuchita me pinta el cuerno”.

“Parar oreja” escuchar con disimulo. Lo oí hace años también en Colombia: “Fue a parar oreja en un bar frecuentado por las FARC, lo tomaron por uno de la DEA y lo dieron de baja”.

“Espantan”: Muertos que se aparecen. “Ahí, en esa casota espantan”.

Vato: persona, más bien hombre, se utiliza más en el Norte de México. “Para que sepas prietita quién es el vato que te ama” (A las tres de la mañana- corrido).

Venirse: Eyacular, correrse. “¿En que se parecen los ataúdes a las camas? En el ataúd te vas y en la cama te vienes”.

Zócalo: Plaza central y o principal de una ciudad o pueblo.

Quebradita: Baile de música grupera.

Rejego: Reacio, desconfiado. “Estos chiapanecos tan rejegos”.

Momia: Guanajuatense, natural de Guanajuato.

Necio: Obstinado, terco. “Aquel wey ta de necio con la morra”. “Necio en quererte” (sale en muchos corridos).

José Juan Aparicio.
10-Julio-2015.


lunes, 6 de julio de 2015

LA BODA


LA BODA

“El Wero Aparicio y su Durango S.A.” Habían ido de tocada a una boda.
Al estilo sierreño: “Hasta que se acabe el mezcal o hasta que comience la balasera”. Pero no hubo tal. Todo corrió –primero Dios- en santa paz.
Les habían avisado en Oaxaca, sin aspavientos, una tocada de las discretas, con harta lana y sin límite de tiempo. Contratada de palabra y con apretón de manos: “Músico pagado hace mal son”. Así son las cosas en Mex, na de adelantos.
Aquella banda se había puesto arriba, estaba en el top de “Banda Max” y sonaba “a toda madre”, decía el peluquero de al lado del zócalo de la cuidad.
“Me para en mitad de una rola chingona –Todas las nuestras lo son patrón, añadió el wero- y me hase el anuncio tal como le digo”.
Ok jefe.
“Cuando me llevo mi lana
Yo me la gasto deprisa
Por eso tu me miraste
Como si fuera divisa”.
Aquel corrido con ritmo de cumbia-ranchera traía a toda la raza encendida bailando al brinquito como sin no hubiera un mañana.
Entonces y justo detrás del adorno de acordeón, seguido por las trompetas la banda se calla de repente y recibe una pitada del quince.
Más de uno estuvo a punto de sacar el fierro.
Relax señores –dijo rápido el cantante intentando serenar los ánimos- el patroncito me comunica que por favor miren sus celulares.
Aquí se calmó el público picados de la curiosidad y el chisme.
A estas alturas de la película conviene decir que Guadalupe Sanches de Totolapa Oaxaca, el patrón, también era el novio. Y que esto que se relata es el baile de su boda. Que era de las “chingonas”.
 Mariachi al salir de la Iglesia, con tequila y tirada del ramo a las chicas. Un par de morras casi se agarran del “chongo” (moño), tal debía ser su prisa en ser las siguientes en pasar por el altar. Gracias a la sensata intervención del vihuelista del mariachi el ramo se convirtió en dos, todas contentas besándose al final con lagrimita las dos y haciéndose fotos con el músico.
De ahí al banquete en un rancho, con birria, cabrito, res y todas las demás lindezas del “Master-Chef” mexicano.
Luego de besos, fotos, felicitaciones, ráfagas de cuernos chivo y demás. Ya todos bien prendidos y tomados, al puro baile.
Cuando todos aquellos tipos se llevaron instintivamente la mano a sus bolsillos buscando el celular suenan a la vez todos los teléfonos del público.
La gente lo flipa en colores, más cuando miran la pantalla: “Vivan los novios, sigan con la fiesta cabrones y gracias por venir”. Este era el texto sobre un fondo de imagen donde se veía a Guadalupe y a Marta enmarcados por un corazón ribeteado con la bandera mexicana.
Las mujeres se pusieron chillonas (lloronas) y a los tipos se les avivó la sed. Hubo como un descanso de diez minutos con empujones en la barra, chelas y mezcal hasta que un güey mamadísimo saca un cuarenta y cinco, lo vacía al aire y dice: “Música carajo y vivan los novios”.
La banda siguió tocando y aquellos endemoniados raspando piso de tierra y levantado una polvareda de los mil demonios con sus botas de avestruz.
Por cierto, el responsable de lo de lo de los celulares era el último fichaje de Lupe. Un chamaquito de veintitrés  años, que tenía un puesto de chapa de 2x2 metros en la Avenida Tlahuac del DF. “Se componen compus y cels” decía la pintura encima de la ventana  y es que Axel era un ardillita de la informática y aquel su mejor trabajo hasta la fecha. Más simple que un ocho –dijo el- cuando le hicieron el encargo. “Pero tengo que haserlo desde dentro patroncito”, comento auto invitándose a la boda. Lo habría hecho desde la luna si fuera necesario, pero por nada del mundo quería perderse la boda de su futuro patrón. Este se dio cuenta y se sintió halagado con la pretensión del joven. Claro muchacho estarás en primera fila y de paso como te cae haserme los videos y las fotos.
“Pa luego es tarde mi jefe cuente con ello me llevo a mi chava pa que me ayude”.
Lo dicho una boda de pueblo la de Guadalupe y Marta. Lupe se la rifaba en la frontera y subió deprisa, a Marta la conoció de criada de una doña mandona, en casa de uno de los políticos que había que engrasar.
Con el tiempo Lupe quitó y puso presidentes en su país y Marta se chingó a más de una dama de la sociedad. Pero ese es otro cuento.
Así termina esta ñona historia de nupcias.
Colorín colorado esta boda se ha acabado.

José Juan Aparicio.
6-Julio-2015.



miércoles, 1 de julio de 2015

LA TUMBA SERA EL FINAL



La Tumba será el final.

Escuchando el último trabajo de Lila Downs, concretamente “Una Cruz de Madera”:
“Lo único que quiero
Es que haya en mi velorio
Una serenata por la madrugada”.
Se me vino a la memoria una noche estrellada con una muerta por medio y dos perros (uno cantante) y un acordeonista cantándole a las dos de la mañana su serenata a las puertas, del ya cerrado, tanatorio.
La Tumba será el final” y otras rolas.
Lo mejor que aquella gente tenía para aquel entierro, corazón y corridos.
Luego se fueron a dormir, después de echarse unos tequilas.
Ese es el entierro que mucha gente quiere para sí. “Que me entierren con banda y tal….”, pero no muchas veces se respeta la voluntad del finado.
Recomiendo oír la versión de Lila. Poco pide esa gente para su velorio.
Pero lo más difícil –no imposible- es que el/la muertito/a tenga unos AMIGOS, si con mayúsculas, CHINGONES que le cumplan su último caprichito.
Corridos y tequila, carajo no pedimos tanto.

José Juan Aparicio
2-Julio-2015.