TRAIDORES.
Voy a hacer una cita de Camilo José Cela, aunque en lo
literario (un beneficiario del régimen franquista) y en lo personal (un puto
baboso) me caiga regordo. Por otra parte su talento “La Colmena ” y demás lo veo
exagerado e –insisto- acomodado a las circunstancias y tiempos.
“Es mejor un bombón para muchos que una mierda para uno
sólo” dijo cuando ya ni se le levantaba. Y para justificar que se casó con una
trepa.
Pero vamos a la cita que me interesa: De “Madera de Boj” pag
52:
“La inteligencia acarrea soledad, la independencia también,
fulano (aquí no recuerdo el nombre), hacía versos románticos y discurría por
cuenta propia, eso hay que pagarlo y el precio puede ser la soledad.
Es muy doloroso ver que la gente sabe que estás por encima
de ella, porque se te cierran en banda, se te parapetan y no te miran a la
cara, eso es de traidores, es duro hablar con traidores, gasta los nervios
vivir con traidores, si hay personal se dirigen siempre a otro, la gente es
cobarde y espantadiza”.
La semilla de la traición es la envidia, ese deporte
nacional, que hay que experimentar, para entenderlo, por eso a las gentes
incapaces por naturaleza de sentir esa emoción, les cuesta mucho entenderla.
El deseo de ponerse en el sitio del otro: “Quítate tu que me
pongo yo”, siempre es ruin y de gente incapaz de conseguir ese lugar con
esfuerzo y mérito propio.
Hoy en día y a lo largo de la historia también – las nuevas
tecnologías proporcionan buenos atajos- mucho personal se dedica a “brincarte”
o simplemente a usarte de “puente” en sus objetivos. Puede que todo empiece por
una amistad o un amor sinceros, pero cuando ven una rendijita o hueco para
mejorar o avanzar, no les importa a costa de quién o de que sentimiento sea.
Eso en castellano se llama traición: “Defraudar la confianza que se ha
depositado en uno”.
Lo malo de la traición es que siempre viene de una persona
apegada, intima, apreciada.
La historia, la literatura y hasta la Biblia , están llenas de
traidores.
La traición comienza por la envidia, sigue con la mentira y
acaba con el daño realizado en beneficio propio.
Los traidores, los mezquinos, hacen su labor por detrás,
nuca de frente, por eso se vuelven indispensables en las jugadas rastreras.
Yo, en lo personal, por desgracia, en el último mes, he
tenido la mala fortuna de encontrarme con varios, algunos tan tarugos, que se
creen que ni me doy cuenta de las cosas.
Pero, tomo mis medidas, espero y se me pasa el coraje, con
un buen trago de tequila.
Además ya lo dijo Pancho Villa:
“Si me mientes te
corto una mano,
Si me traicionas te mato”.
José Juan Aparicio.
28-Agosto-2017.
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