TEQUILA A MORRO
Aunque es incomodo por el puto dosificador que trae la botella, a veces me bebo el tequila a morro.
Cuando estoy emputado, nada más.
Me cabreo poco, la verdad, cada vez menos. Y ya sólo por amor. Por dinero no compensa. Pero cuando alguna vieja me da en mi madre me encabrono.
Lo que más me jode no es que "me vean la cara" (de tonto claro, así se dice en mex), sino que además pretendan que me haga pendejo, están acostumbradas a putos babosos, que miran para otro lado con tal de meter. Ahí se me viene el coraje y tomo mi tequila a morro.
Luego me acuerdo de aquello de: "Con unos ojitos lindos se me quita lo dolido" y lo pongo en práctica.
Muchas veces me he reído de fulanos y parientes, que cinco años después de que se los quebraran -en el amor- seguían sangrando por esa heridita.
Una vez escribí aquí algo que se llamaba precisamente Heriditas:
Heriditas.
Que NUNCA tarden en cicatrizar tus heriditas de amor más de una botella.
De ahí p´alante el alcohol ya no cauteriza.
PUES ESOOOOOO!!!!!!
jOSÉ jUAN aPARICIO
30-aGOSTO-2017.
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