HOTEL
PIOJO
Así le llaman aquí, en Mex a
los hoteles cutres. Pero puedo asegurar que cuando uno está en paz y en gracia
de Dios, el Hotel Piojo es harto agradable aunque no le sobren estrellas.
Inconvenientes varios: sólo
hay internet en la recepción y habitaciones próximas en la planta baja, justo
donde las cucarachas se crecen. Las de la primera planta te son bien educadas,
bailan banda, dan las buenas noches y no se suben a la cama. Abajo como he dicho es otra
cosa.
El hotel en el puro centro
de Monterrey está lleno y es barato o caro, según se mire.
Lo poblamos la raza que está
buscando chamba o que esperan visas o coyotes que los pasen al gabacho. Todo el
mundo está en modo espera, con los celulares echando chispas y reventándose la
wifi.
Es una gran avenida, segura
día y noche con taxis siempre en la puerta, cerquita de los sitios buenos de
bailada y con un Oxxo a veinte metros, dónde la plebada se abastece de
sándwiches, bebidas y comida basura. En el mismo hotel hay un restaurante con
comida corrida a 40 pesos.
Lo que se diría una especie
de hostal familiar con mucha convivencia en el gran plasma de recepción dónde
vemos los partidos, telenovelas y Tele Rola (videos musicales de regional Méxicano).
:
El sueño de cualquier
reportero de guerra, pero sin bar.
No es un hotel de paso, pero
como para “coger” lo importante es la compañía pues también vale.
Yo tiré mi maleta abierta en
el suelo, al lado del acordeón que trae mis sombreros encima, colgué mis
camisas norteñas en la barra de la persiana y listo. Nadie me puso
inconvenientes.
Hay clima pero los cantantes
no lo encendemos porque se nos “amuela” la voz.
Y qué más quieren que les
diga, pues na más, que los que tengan narices de pasar de Playa del Carmen y
“venirse” a o en Monterrey pásense por el Hotel Mansión Villareal en Pino
Suarez, al lado del Arco de la Independencia. No se arrepentirán y van a
sentirse como en su casa, perdón como en su Mansión.
José Juan Aparicio.
2-Abril-2017.
I
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