ZONA DE
CONFORT
Se dice figurativamente de un lugar o situación dónde
alguien se encuentra cómodo.
En el habla popular de los últimos tiempos, viene a querer
decir algo así como ausencia de complicaciones.
Disneylandia para los lerdos, vamos.
Pero la “Zona de confort”, en la práctica es algo bastante
etéreo que varia mucho de un individuo a otro.
Un spa –la palabreja se las trae- puede resultar algo muy
reconfortante para cierta elite de
apapahostiados, sin embargo será una sutil tortura para otros.
Algo que tiene que ver con el entrenamiento, el carácter, la
actitud y en definitiva el coraje.
Un kayakista experto puede estar en “zona de confort”,
cuando el horizonte desaparece bruscamente en lo alto de una cascada de quince
metros.
Un bobo de libro estará en su salsa en una terraza de la
calle Rosales de Madrid.
Mario Conde entra en confort nada más ponerse esas ridículas
polainas de cuero en El Rocio, sin embargo se rila al pisar patio de la trena.
Una cuestión de hábito, relax, experiencia y seguridad en uno mismo.
Eso que se dice siempre de que los mamíferos y otros
bichitos te huelen el miedo.
Si cruzas Tepito a pie de noche, mirando para atrás te
puedes dar por muerto. En cambio al güey que hurga en el cubo de la basura a
esas horas “le vale sombrilla” echarse a uno o a cinco por medio taco mordido.
Todo muy subjetivo, pero la verdadera “zona de confort” de
uno mismo creo que está cuando da el primer paso para alcanzar sus sueños, de
esos de los que se persiguen una vida entera y se han arañado varias veces, sin
llegar a habitarlos contundentemente. Cuando uno está realmente seguro de lo
que quiere y a por lo que va –algo tremendamente difícil- su “Zona de confort”
se ensancha a medida que se acerca al objetivo.
Y si este se alcanza, mejor dicho cuando este se alcanza,
sólo entonces, tu “Zona de confort” se evapora.
Ahora ya demostraste que eres un chingón, ya estas maldito y
comienza de nuevo tu lucha.
Pero aquel luchador que sabe las femorales que hay que
cortar primero y como hacerlo, no es que esté en “Zona de confort” en la “Zona
oscura” (que es en la lucha a cuchillo la distancia de los brazos para adentro,
donde empieza de verdad el cuerpo a cuerpo), pero tendrá mucho camino andado.
Al fin y al cabo ya lo dijo a los lobeznos el lobo
desdentado de mi cuento:
Les estaba explicando de la lucha aquel viejo fajador,
cuando uno de los lobatos le pregunta: ¿Maestro y cuando a uno ya no le quedan
dientes y no puede echar para atrás, delante de un lobo de rango con que se
muerde?
Con las orejas lobito, con las orejas.
Ese tipo si que vivía en una auténtica “ZONA DE CONFORT”:
José Juan Aparicio.
23-Junio-2016.
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