Parece ser que los maños de Boquiñeni y algunos navarros se
han llevado la peor parte en las inundaciones que ha habido estos días en
España.
El asunto es repetitivo. A los ríos les han metido una
sucesión de embalses y presas del carajo –esto ya desde los tiempos de “Paco
Medallas”- y cuando llueve a todo lo que da, tienen que largar agua a toda
madre. Para que no les revienten las presas. Conviene recordar el moridero de Ribadelago (Puebla de Sanabria) en 1959 y ese era un embalse "pequeño".
Procuran almacenar el máximo de agua. Para las sequías
y tal, un difícil equilibrio. Luego la peña construye sus viviendas, legales e
ilegales, hasta pueblos enteros en los cauces. Que dicen no están limpios.
Y cuando les llega el agua a los cojones, pues a reclamar al
gobierno.
Como si esos capullos también mandaran en el clima.
Por aquí cerca también pasa, metieron sus casas en
“torrentillos”, de Sabaris (Bayona) o en vegas del río Tea
Salvaterra-Ponteareas y con la menor subidita a nadar y luego a llorar.
Y con la “penita” de ancianas, niños y niñas, inválidos y
todo lo demás a reclamar.
Los pueblos que ancestralmente acampaban en las orillas de
los ríos, lo hacía en viviendas provisionales, fácilmente transportables y con
conocimiento y previsión del entorno natural.
O si no, en la cima de montes: Santa Tecla (A Guarda). Claro
la subidita jode.
Pero los que esperan la previsión del gobierno para la
solución de las tarugadas propias o de sus antepasados van de culo, por varias
elementales razones:
Las soluciones gubernativas son lentas, por decirlo en
suave.
Los tontos prefieren
creer que es mejor mover un río que su casa.
Moisés sólo volverá a abrir y detener las aguas en la
próxima edición on-line de la
Biblia que están preparando desde Roma, para cuando lo del
Novísimo Testamento que está al caer.
También podéis probar con el Calendario Zaragozano .
O tirar un poquito más p´arriba, aunque a los tontos el
viento de la sierra no os caiga bien.
José Juan Aparicio.
2-Marzo-2015.
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