Ponerse Tierno
Es inevitable a veces por estas fechas.
Nuestra genética panoli, viene programada desde hace años, por la fuerza de las costumbres mojigatas, en y para idioteces varias. Como La Navidad.
Yo tendría 20 años y pertenecía a la Tuna De Periodismo (Técnicamente Ciencias de la Información ) de la Complutense de Madrid. Me enteré entonces, de que los idiotas de la Tuna de Psicología, harían una visita navideña a la antigua cárcel de mujeres de Yeserías. En el centro de Madrid. La cosa me hizo gracia y – curiosidad periodística – me arreglé para ir con ellos.
Nos dieron chocolate – del dulce – con churros y una meriendita a las cinco de la tarde, para animar las fiestas con villancicos y cantes varios, en uno de los patios. Hubo bastante jolgorio, parranda y jarana en general. A palo seco claro. Todo muy controlado por las jinchas.
En un despiste de su vigilancia y arropados por la concurrencia, una de las chicas, me dio un laaaaaaaaaaargo beso en los morros. Con lengua por supuesto.
Luego me dijo textualmente: “¿Que me harías si estuviéramos en la calle?”.
Lo que le contesté al oído, forma parte de la intimidad de aquella espontánea pareja, raya lo pornográfico y no viene al caso.
Meses después en una zona de marcha – calle Orense del Foro – una chica se acercó a mí, me saludó y me comento que estaba en la cárcel cuando yo había ido. No era ELLA, pero le comenté que me alegraba verla fuera.
- “Pásalo bien”.
- “Y tu chao”.
Sin embargo de la chavala del patio y del morreo, nunca supe nada más. Eso si, le hice una canción, que pronto cantaré con mi banda. Ni el nombre recuerdo.
Por esas tonterías, hace tiempo, que ya no suelto lagrimitas.
Pero diré una verdad:
Fue el mejor regalo de Reyes que me han hecho, y me harán, en toda mi puta vida.
Sigo sin recordar tu nombre, ni saber nada de ti, pero:
GRACIAS CARIÑO.
No se porque estabas en el trullo, ni me importa, pero si algún día necesitas un compañero que entre a tiros contigo en algún banco diciendo aquello de: “Esto es un atraco…….”
Que sepas, que estoy en el paro y SOY TU HOMBRE.
José Juan Aparicio.
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