Y DALE CON “PAGAR EL PISO”.
Primer error de los primates
superiores: el clan, la masa, el grupo.
Segundo y garrafal error: el
sedentarismo.
Consanguinidad y suciedad,
muchos parientes follando entre si, cagando y cagándola a tope en el mismo
sitio, mongolismo y porquería a todo dar.
Después viene la “Posesión
del Territorio”, los repartos mafiosos del espacio, las “Plazas” del narco,
regionalismos y demás pendejadas.
Aquel neandertal solitario y
competente empezaba a estar hasta las pelotas de tener que responder, escapar o
pelear por un conejo, un ave o una seta con idiotas de su especie o de la otra
coetánea (Cromagñon), cuando sus capturas o su suerte sucedían en territorio de
algún clan. El era su único clan y creía, que La Tierra era su espacio.
Such, nuestro tipo debía su
nombre al silencio de su boca acostumbrada a conversar consigo mismo y al mismo
silencio de su pisada al caminar.
Se encontraba en un claro de
la estepa salpicada de pedazos de arboleda asando un conejo. Después de
destripar y desollar a Bugs Buny lo metió en un palito, candela por debajo, que
hizo con otros dos palitos y brasa a mono. El ya salivaba, aquella pitanza olía
y el paisanaje antiguo gozaba de buen olfato.
Vio a los tres ejemplares aquellos un poco más “monos” que
el empezar a dibujarse en el horizonte, algo normal porque su cena olía bonito.
Y al momento el también se
olió el mal rollo: otro puto clan, nuestra plaza, paga el piso, nos papamos
nosotros el conejo y puerta. “Con suerte no voy yo de postre” pensó.
Pero como ustedes deberían
saber el cuerpo se revela y su estomago no estaba esa tarde para chingaderas.
Así que cabeza, estómago y músculos se salieron por la tangente –sí esa de me
vale gorro- y se prepararon para no dejarse de nadie. Al carajo, ni tres ni
veinte.
Todo esto los tipos rápidos
y efectivos los piensan en medio segundo, el dialogo iba a ser inútil, así que
el otro medio segundo lo empleó para agarrar en conejo con to y palo, envolverlo
en un pedazo de piel que era su taparrabos pues quemaba y con los huevos al
aire salió arreando.
Pero aquellos tres batos
eran de allí y conocían el terreno, se separaron con intención de cercarlo,
cosa que hubieran conseguido si el vértice de su encerrona no llevara a Such al
único sitio libre, el río.
Había corriente suficiente
para que la llegada a la otra orilla, 70 metros enfrente, fuera sensiblemente río abajo debido a la diagonal
que haría al atravesar por la fuerza del agua.
Aquí Such pensó: o se van y
se chingan o no pueden llegarme juntos, la corriente los va a separar y si siguen
de necios me tendré que ir yo a ellos pero de uno en uno, no me queda de otra
que ser agradecido con el río.
A mitad del cruce vió que se
agrupaban en la orilla arriba de dónde él se metió al agua, todo calculadito
como buenos cazadores. Pero la decisión había de ser rápida. Al meterse el jefe
al agua a los otros dos no le quedaron más huevos que seguirlo, pero la
corriente los separó de volada.
Such, ya en tierra, anduvo
por la orilla hacia abajo para atajar al “Patrón” antes de que tocara tierra,
pues era el primero y el más “aventado”. Este se dió cuenta, pero un tipo que
anda solo tiene –por pelotas- que ser mejor que el resto con la lanza.
Cuando con el agua por la
cintura aquel Cromagñon preparó su lanza para el combate otra que voló le
atravesó el cuello tumbándolo en la corriente. Such apenas alcanzó a recuperar
la lanza del tipo, peor que la suya, que navegaba con el “muertito” río abajo.
Por esa fecha los otros dos
carnalitos que nadaban con menos intención se juntaron casualmente en medio del
agua y decidieron rapidín y con el rabo entre las piernas regresarse, jodidos
pero vivos.
Y es que el puto clan, los
putos clanes de los cojones ya le estaban fregando demasiado a Such, un tipo
que iba a lo suyo sin meterse con nadie, aunque toque a veces pasar por
“Jardines Privados”.
Y eso de “Pagar el Piso”:
“Mire agente arreglamos con 2000 pesitos”, nuca fue de su agrado. Era más de
“Paso Libre”, pero para eso hay que valer, ser suertudo y tener bolas y balas.
Y –sobre todo- la suerte no
es eterna.
“Pero mientras nos la
vayamos girando” pensó mientras acababa de “re-asar” su conejo en la nueva
fogata.
José Juan Aparizio.
18-Diciembre-2023.