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miércoles, 23 de diciembre de 2020




 Malditos roedores.

 

Un ratón está bebiendo en el cacharro de agua del perro. Al rato vendrá a comer croquetas del plato de la comida de Rubio.

Mientras esto sucede -11.30 noche del toque de queda- estoy leyendo “EPIDEMIA”; de Frank G. Slaughter, un tipo que no me suena de nada, pero a 1€ y con ese título pues me vale.

Trata de una epidemia de peste en Nueva York durante 1965. Habla de ratas y de pulguitas. Todo muy en la onda de la puta situación actual.

Cuando el roedor subiendo por el cable se regresó al confortable interior del bafle de mi equipo musical dónde vive –le gusta el Regional Mexicano que baila al brinquito- me puse con estos párrafos.

Una rata, una pulga, pangolines, murciélagos o su chingada madre.

Ya que más me da que sean los chinos o los urogallos. Los primos de los argentinos no, los otros urogallos, primos de los pavos, que también tienen pulgas.

Me comieron vivo y a gusto varias veces pulgas y chinches en las urbes y en la selva. Algunas de esas “compañías” me hicieron botar en la hamaca, acribillándome literalmente. Una vez superado el asco inicial, que no es tanto, se trata de rascar lo menos posible.

El paludismo sólo me rozó con una super-disentería colateral. Creí que me salía el cerebro por el culo, pero a indicación de los hechiceros locales me curé bebiendo –de seguido- como unas 70 tónicas (quinina expres). De la mesa de los bares al retrete y a veces no llegaba. A las 6 horas estaba nuevo con hambre y ganas de beber cerveza.

Las Navidades nunca me preocuparon mucho. Sin embargo se avecina un invierno cabrón, me dice mi instinto. Algo huele a cambio. A movimiento, que ya conviene. Sobre todo a los que nos tienen quieticos jurando y mentando madres.

Hoy más que nunca creo que los que lleguen a la primavera -19 de Marzo, mi santo en mi caso- la habrán hecho.

Adelante y suerte. Pero -ojo- no va a ser un camino fácil.

 

José Juan Aparizio.

23-Diciembre-2020.

 

domingo, 20 de diciembre de 2020

ANDAR EN MOTO.

Suzuki Inazuma 250.



 

ANDAR EN MOTO.

BLOGS DE MOTOS.

 

Hay muy pocos blogs de motos que me convenzan. Gustarme ninguno. Hablo de los que usan el español. Por otra parte prefiero leer que ver videos, aunque acepto la potencia del audiovisual.

Siendo justo reconozco que el que más leo es el de José María Alguersuari. El tipo sabe. Pero los ladrillos son algo densos y laaaaaaaargos.

Además todo el puto rollo de características técnicas y tal se puede ver en la web de la marca.

El personal de las reviews en youtube se extiende con  los videos porque la plataforma posiciona por la retención de audiencia y los minutos acumulados. Estos hace que los idiotas –son plaga- se tarden 3 minutos para explicar el número de alas de una mosca. Y que lo normal sean los circunloquios de cuarto de hora para decir 4 gilipolleces que se resumirían en 30 segundos.

En esto –y en mamoneo general- son maestros los argentinos viiiiiiiiiiiiiite ché.

Lo de los viajeros en moto –otra horda de capullos- raya la subnormalidad.

 Estoy pensando que me es tarde para montarme un blog de motos. Por si me decido –que no creo- el título ya lo tengo. Es el de arriba.

Mientras tanto aquí va a modo de ensayo un artículo motociclista:

ANDAR EN MOTO.

 

“Hubo una época que hasta iba a mear en moto. Y no estaba mal. Habría que volver a contemplar ese tema. La ocasión es buena si no fuera por el cash”.

“Mi primer mecánico fue Daniel “El Loco”, un tipo de mi pueblo con una caja de herramientas de madera. Chapuceábamos en el portal de mi casa. El segundo era Abilio dónde –por recomendación mía- terminaron todos los motoristas de la zona. El tercero fui yo”.

“Mi pasión por las carreras, mis penalidades, mi ruina y mi miseria, más las caídas me parecían un infierno. Hasta que supe del Nani y de Carlos de San Antonio, entonces me di cuenta de que mi experiencia en el motociclismo de velocidad fue un caramelito”.

“Denis Noyes fue el mejor periodista de motos en la época dorada de estas en nuestro país. Cuando empezó a escribir en Motociclismo, ni carnet de moto tenía”.

“Ahora no hay gente que sepa coger una moto y decir esto es lo que hay con esta burra. O decir claro es una puta mierda”.

Sólo me voy a entretener en explicar con manzanitas y menos 0 palabras que manejaría yo hoy en día:

-Moto japonesa.

-Carretera, “Todo Camino” que se dice en América Latina y scooter.

Estos últimos son mayoría en el rural y ciudades de países en desarrollo. Que por otra parte son los que más saben de este tema.

La idea es algo sencillo, fuerte y ligero. El AK 47 de la motocicleta. Los 200 cv, las transmisiones cardán y la super-electrónica lo dejo para que los millonarios visiten esos talleres dónde los mecánicos van con bata blanca, guantes de cirujano una lap en la mano y un cuchillo en la otra para darte la puñalada.

Esas máquinas solo valen para circuitos, por dónde también me he “paseado” y reconozco que es el mejor sitio para ponerse a prueba, sólo que no es barato.

Esto es lo que me gusta de lo que hay  para 2021. El resto…….es chatarra gorda, grande y con maletas para cutres con parienta y tienda de campaña.

Ayudarse en la carretera entre motociclistas me parece ok, lo de saluditos, uves de la victoria, pulgares rampantes, ráfagas, chupadas de polla y pendejadas me parece ridículo y con conciencia de clan –algo que no soporto- así que no saludo a nadie.

Ahora unas fotitos sueltas na má.


Honda CBR 150 R.


Honda CRF 300 L.



Honda XR 190 L.

Honda CT (Cub Trail) 125

Montesa Impala Comando 175.

Suzuki V Strom 250.

Yamaha R 3.



Yamaha X-Enter 125.

Yamaha YS 125.

Yamaha XSR 155.

Yamaha XTZ 150.


Se va a notar que me gustan los “trastos mediano-pequeños”.

Decídanse, escojan y arranquen pues. Con la que cae el tiempo nos lo tasan también y queda poco.


José Juan Aparizio.

20-Diciembre-2020.

 

 


































viernes, 11 de diciembre de 2020

QUINCEAVO MES DE LA PANDEMIA.




 

QUINCEAVO MES DE LA PANDEMIA.

 

Los preppers seguían resistiendo atrincherados en sus casas.

Los políticos insistían en su discurso largo, vacío y de buenas palabras.

Los hospitales habían reventado literalmente al treceavo mes. Ahora eran morideros, focos de contagio mal atendidos sostenidos por cuatro profesionales vocacionales desbordados. En realidad faltaba poco para que los cerraran y bombardearan.

La gente que escapaba –sin saber bien hacia dónde- moría en las calles y caminos.

Combustible, comida, bienes privados y artículos de necesidad habían sido saqueados por los que tenían las armas o la fuerza del número.

Cuando la población salió en masa de sus domicilios se hizo incontrolable, las fuerzas del orden abandonaron su cometido dedicándose al pillaje como los demás y aprovechando que disponían de armas  se convirtieron en los bandoleros más peligrosos y despiadados, algo que les venía “pre-pandemia” de serie.

La curva de contagio bajó, pero muy tarde y aún había alta posibilidad de enfermarse.

El canibalismo estaba a la puerta, pero se contenía por miedo a la infección, aunque los mejor informados sabían que cociendo o asando mucho la carne………….

Sólo podía haber un escenario peor y tampoco se descartaba: la explosión de las centrales nucleares por desmantelamiento incorrecto o abandono. La combinación perfecta: pandemia vírica y radiación letal.

La especialidad de la especie humana: cagarla por todo lo alto y sembrar la mierda con un ventilador.

El planeta se autorregula, la selección de la especies, dijeron algunos entendidos.

 

No podía soltar el equipaje, una mochila mediana a la espalda y el saco de dormir en bandolera, si lo posaba en el suelo para luchar más cómodo se lo llevarían sin enfrentamiento. Con el factor combate asumido Spy ladeo la bolsa del saco todo lo para atrás que permitió su mochila, de la cual asomaba por arriba y lateralmente el mango de su porra casera. Una dura pata de silla de castaño transformada en arma.

En la mano llevaba el mango de una herramienta de campo, otro sólido y grueso palo de metro y medio de largo.

Eso, la navaja Spyderco y un pincho carcelario de fabricación casera en acero constituían todo su arsenal de batalla, poca cosa con un spray-lanzallamas “made in ambientador”. Lo que tuvo a mano cuando se desató el caos, el virus se puso más cabrón y hubo que largarse rápido: “muévete o te joden”.

Problemas va a haber pensó al ver salir a dos tipos de un camino oculto tras la curva. Eran de unos 35 a 40 años jóvenes y más rápidos. La huida no se contemplaba pues viajaban ligeros y escasos de todo.

Apenas una bolsa plástica, dos palos de pino y claro los dos cuchillos –grandotes- de cocina.

En la lucha a cuchillo te acaban cortando siempre, aunque venzas.

“Me la rifaré con el palo, si acaso la porra, .el cuchillo al final, si se necesita. Que corra el albur”. Pensó Spy.

-“Buenas”, dijeron llegando e intentando reducir la distancia a un cuerpo a cuerpo. Pero Spy, avisado marco su terreno moviendo el palo en un semicírculo que mostraba su intención de que no se acercaran demasiado.

-“Buenas, contesto, pero mantengamos las distancias por lo del virus”.

Los dos elementos se enfurruñaron notablemente pues daban la cosa por echa debido a la superioridad numérica y a la juventud.

Contesto el de las gafas de sol guasón y directo:

-“Sin malos rollos tío, sólo necesitamos tu mochila y el saco, bueno la chupa también, el palito puedes quedártelo”.

Como su actuación defensiva anterior no daba mucha cancha para el engaño intentó una distracción en base a la “mentira más creíble”. Todo esto improvisando rápidamente y controlando los ojos de aquel par.

-”Bueno chicos, porqué no negociamos un poco mejor, con calma”.

A la vez que soltaba esa trola hizo ademán de sacarse la cuerda en bandolera del saco de dormir por encima de la cabeza en plan gesto de rendición-concesión.

El líder de las gafas creyó ver su oportunidad dando un paso adelante, Spy convirtió el amago de la izquierda en un giro para agarrar el palo con las dos mano, dio otro paso hacia el fulano del cuchillo evitando a la vez encararlo de frente y en medio del giro estampo la parte gorda de su palo entre la oreja y la sien derecha de aquel tarugo que se desplomó sin emitir un puto sonido.

El otro detuvo su avance al ver sangrar a su compañero -tarde campeón- pero ya estando a tiro se llevó un cañonazo, con la gorda punta del mango de una azada, en el plexo solar que lo despachó al más allá con un resoplido.

-“Solo voy a necesitar vuestras botas, Spy calzaba unos viejos zapatos de cuero remendados con silicona caliente, pero muy cómodos, a ver si hay suerte con el número y la bolsita de plástico por si hay algo que me caiga. Los palitos, los cuchillos de cocina y la ropa de mierda que lleváis podéis guardarla para el funeral”. Comento en alto relajando la tensión y soltando adrenalina.

Suerte con unas botas 43 de montaña, la bolsita na.

-“Vámonos guey dijo a su perro que debido a la rapidez del conflicto sólo tuvo tiempo de gruñir ligeramente a los adversarios”.

Así era el día a día en un mundo infectado de virus chungos, con absoluto desgobierno y abusos totales por parte de los que se creían superiores.

Aún así mucha buena “chance” había tenido aquel caminante al haber pasado la enfermedad y el contagio sin gravedad. Las recaídas, si vienen ni modo.

Ahora lo que más urgía –para ayer- era conseguir un arma de fuego con su munición por supuesto –mejor larga- pero la única posibilidad y remota de obtenerla era, como se decía en la guerrilla colombiana: “Recuperándola del enemigo”.

 

José Juan Aparizio.

11-Diciembre-2020.

 

 

domingo, 6 de diciembre de 2020

FUXIR POLAS LEIRAS.




FUXIR POLAS LEIRAS.

Huir por los campos en castellano.

El esperpento gallego parece que no tiene límite. La Guardia Civil se presentó en un furancho de Touro dónde se celebraba una fiesta a las 12 de la noche saltándose todos los confinamientos y regulaciones pandémicas.

Y por lo visto, algunos de los celebrantes –ya se sabe que este tipo de tabernas se sitúan en el medio rural- salieron “alambrando” por todos los sembrados colindantes (leiras, trozos de campo cultivados o cultivables). O sea se piraron abriendo trocha campo a través.

Aquí en Galicia son frecuentes varios tipos de leiras, cultivables o no: “Leira pataca”, “Leira park,  parqueadero de carros en inmediaciones de Hospitales, playas y como no tabernas y furanchos. “Leira fume”, plantaciones de marihuana, últimamente acosadas por los nuevos drones policiales y que complementan en buena medida las precarias economías campestres.

Pues hasta aquí muy bien el chiste “country”, “paleto” o “rústico” que se dice en Mex.

Es conocida el hambre secular del gallego de zorza, chorizo, tortilla y pulpo, las estrellas del “Master Chef” paisano. Además de la sed de cubata, birras y tintorro después de 9 meses de encierro. Claro la “mauta” que dicen nuestros vecinos los “necas” busca sitios aislados dónde escaquearse.

Los que están dedicados a controlar y nombrar jueces de su cuerda –al mejor estilo Paco Medallas- y a apretar al personal parecen no darse cuenta de que todo el mundo se salta todas las normas aquí en España.

Como siempre los “Super-hiper-concienciados” dan la bronca por cualquier gilipollez. Son esos mismos putos intransigentes y fumadores de to de toda la puta vida. Les sigue la horda de desocupados “chivatos” y “chismosos” siempre asomados a la ventana para que no aparques en zona de residentes, oteando móvil en mano.

Y finalmente están –dentro y fuera del gobierno- los que les vale madre todo. La chavalada sigue haciendo fiestas multitudinarias y los tarras van a ver a su madre, a la querida o a los amigotes dónde sea.

Así va la cosa durante la pandemia y así se la hemos contado señores.

 

José Juan Aparizio.

6-Diciembre-2020. 

 

sábado, 5 de diciembre de 2020

VÁLVULA DE ESCAPE.



VÁLVULA DE ESCAPE.

Ayer hablando con mi hermana –de pandemias como no- me comentó el tema de la válvula de escape.

Esa pieza que lleva toda maquinaria, incluso la humana, para soltar presión cuando conviene.

En occidente se llama ocio y va muy relacionado con la libertad de movimiento y también con la hostelería y el ocio nocturno. Eso lo han cerrado a cal y canto. Yo creo que los chinos para que nos cozamos en nuestro propio vapor y salsa.

Por desgracia no podemos ya, a estas alturas, cerrar “Factory Chong” –que sería lo suyo- porque todo nos viene de allí (la esclavitud abarata más los productos de mierda), lo cual le ha dado al Dragón despierto hace años un poder exagerado.

Y como los amarillos son adictos al dinero, al poder y al juego por este orden y además ancestralmente han estado esclavizados, pues cuando agarran mando se divierten  machacando a quien pillen por debajo.

Va a “estar en chino” librarnos de esos enanos amarillos y va a costar siglos, pero –pregúntenle a Alá- se puede.

Claro hay que plantar cara.

Y no es cuestión de tener o no razón, pero nuestros nietos lo van a pasar mejor bebiendo mezcal, rioja, burdeos y güisqui, que tomando licor de arroz y escuchando gongs y platillitos de esos enanos que se traen los mariguanos y los drogatas de tahilandia.

Nunca fui muy religioso, pero me quedo con Chuchito y la Madrecita de Guadalupe, que son algo más tolerantes. Y Alá, Buda y Lui-Sin (Dios chino del rayo y del trueno) por mi parte pueden irse a chiflar a la loma.

Pero dejándonos de tarugadas lo que pretendían los chinos, y lo han logrado, es tumbarnos la economía.

Y nuestros eficaces gobernantes pelándosela mientras tanto.

Hasta que la válvula reviente y la porquería que salpique llegue a la Gran Muralla.

 

José Juan Aparizio.

5-Diciembre-2020.