FUEGOOOOOO.
Este fue un verano muy seco en Galicia, reseco. Y aquí, por
el pasotismo de la gente y otros factores, se usa el monte y los solares sin
limpiar. “Silvareiras, toxos y helechos completamente secos”, un combustible de
primera y lo hay de sobra. Es más fácil encontrar montes y campos sin limpiar,
que cuidados. Porque la gente emigro a los núcleos urbanos y eso que antes se
usaba para las labores agrícolas (abono) o ganaderas (pienso y camas para los
animales) hoy se deja dónde está. Aparte de que se repobló y plantó pino y
eucalipto a mazo desde la época franquista.
Luego está el calor y el viento, también los fumadores
pendejos –dos términos que suelen ir muy emparejados- que “avientan” (nunca
mejor dicho) una colilla por la ventanilla del carro con vientos de 50 kms/h o
más. Y cuando sopla así, si que es fácil –lo que pasó este finde- que de un
incendio, salgan diez. Las brasitas volando y esas cosas.
Y tán tán tenemos el infierno en casa.
Pero comprobado está que una inmensa mayoría de los incendios
son provocados en este país. Intereses de madereros, urbanísticos, ganaderos y
otros. Que la administración que hoy grita, cuando se acaba la “candela” los
consiente.
Y los que atizan el fuego están muy atentos a los partes del
tiempo. El paso de los restos de un huracán tropical era el momento idóneo.
El resto está en los telediarios: muertos, heridos, muchos
daños y un caos de película apocalíptica.
Habían despedido a cuatrocientos y pico brigadistas de
incendios- pregúntenle al cabrón de Lobios (Orense)- gente de aldea asolada por
el paro, bruta, ruin, rencorosa y pendeja a más no poder que muchas veces es
contratada por su conocimiento y desenvoltura en el medio rural, que con una preparación y cursillos mínimos se
les suelta –pala en ristre- a apagar fuegos en verano. Sabido es que los
emputados que agarra este personal muchas veces acaban en incendio.
Y lo chungo es que –sabiendo de sobra dónde y por dónde
buscar- a estos mierdas no le se les entrulla ayer.
Porque la policía y los políticos son gentes dadas al mínimo
movimiento de su poltrona.
Eso si, cuando comienza una balasera en Vigo con los “malos
de fuera” –que son los expertos- y suena
el aviso por la radio del coche patrulla: “Tiroteo en la calle Ecuador los
coches próximos acudan de inmediato”. El conductor tira para Orense y se
regresa de volada, no sea que si llegan pronto les quede parque a los del AK.
Así, llegando de rapidín, sólo les falta el trabajo bonito: levantar los
cadáveres.
Mucho se ha hablado de no usar –para nada, la madera
quemada, de no recalificar terrenos quemados, de no dejar pastar ganado en esos
campos, pero en la realidad, nada de nada.
El joto de Pontevedra está en Madrid divagando y le vale
madre su puta tierra.
Mientras los únicos que se la juegan limpio son los pilotos
de aviones y helicópteros que esos si se la rifan. Luego sus patrones llenan
sobres, que recogen los que siempre tienen la mano abierta, que son los mismos
del color que sean, para prolongar concesiones y contratos. Por ahí también hay
tela que cortar.
Lo de las brigadas es sangrante y lamentable. Enchufados de
los ayuntamientos y tontos de baba en general, sin preparación y completamente
atarugados, que en cuanto cambia el viento se achicharran.
Y sí, en ciertas zonas de mi tierra en verano, es un puto
peligro pasear por el monte, porque el monte es así, la naturaleza es cabrona y
dura y hay que ponerse listo.
Pero aún encima lo que queda de esta –o lo que dejamos de
esta- esta dirigido y gobernado por una bola de cabrones que nunca se les va a
quitar lo pendejo.
O si, cuando alguien se los eche a puro plomazo.
José Juan Aparicio.
25-Octubre-2017.
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