Entradas populares

Vistas de página en total

jueves, 13 de julio de 2017

MOJADOS


MOJADOS

No es literatura de suplemento dominical. Hay gente, yo conozco varios, pero todo el mundo en Mex tiene alguien en esas condiciones, que lleva veinticinco años en Nueva York sin papeles. De mojados. Y trabajando todos los días, en negro claro.
No pueden, ni les interesa, ni les conviene irse a su tierra a vacacionar, lo cual les encantaría. Eso sí reciben a sus parientes, padres, madres familiares, allí, en el gabacho. Tampoco salen al extranjero.
Con la nueva política de Trumph, los polleros, los coyotes han duplicado sus precios, pero no saben si es mejor, se cobra más, pero la cosa esta más cabrona y hay menos chamba.
Cambian las reglas, en la mera frontera no interesa esperar, sólo se llega ahí, a pasar la última noche antes de salir. Cosa que tampoco es segura al cien. Siempre existe la posibilidad de abortar en el último momento y chinnnnn, de vuelta otro par de semanas o un mes, a volver a vegetar en los hoteles cutres de Reynosa, Monterrey o cualquier ciudad grande del Norte, dónde se pasa más desapercibido que en las localidades fronterizas. Tijuana, Mexicali y un par de sitios más son la excepción, allí mero, al ladito también se espera, pero todavía más encerrado, sin hacerse notar, una espera más cabrona que en capitales más grandes.

En los “rieles” de Monterrey, por dónde pasa “La Bestia”, el famoso tren de mercancías dónde se la rifan miles de gentes al año es fácil encontrase con salvadoreños o guatemaltecos, pidiendo algo para resistir, cuando ya están tocando su “sueño americano”.  A algunos les financian y pagan, su viaje sus parientes en USA mismito, pero aún así hay que llevar “cash” para el viaje, por eso hay tantos incidentes con bandidos, a lo largo del recorrido del tren.
Por cierto recomiendo los corridos de LOS RIELEROS, puro norteño con sax a toda madre para ambientarse en el tema.
“Era el hijo del pollero
 Por eso salió aventado.
 Su padre tigre pintito
Eso ni hay que comprobarlo”.
Queda muy de cine americano, pero hay que verlos con cuarenta grados en el puro sol del Norte, arriesgándose a pedir unas monedas en la puerta del OXXO. Si te agarran sin papeles, afortunadamente la poli pasa bastante, te deportan y a volver a empezar.
Cuando llegas a USA después de cruzar el desierto o nadar en los ríos, te toca lo que a todos, lavar platos o hacer de mesero por cuatro dólares. O recoger fruta bajo el sol de California, algo que a los campesinos de Chiapas o Oaxaca, no les resulta extraño, eso si la quincena en “billete verde” luce más que los quinientos semanales del pobre del  Sur de México, dónde los patrones –de tu raza- no pestañean a la mera hora de fregarte con el salario.
Y orita al presi del peinado de cortinilla, le molestan los que  hacen los “trabajos feos”, sin derechos, en su pueblo.
Y dice que va a poner más ladrillos en la frontera. Pues bueno, pues vale, pues me alegro.
Se debe creen el güey, que su abuelo –el de los puti clubs- del Oeste, se ponía de escrupuloso al escoger el personal, me late que la fortuna de ese cabrón se hizo con el sudor, la sangre, el flujo y el semen, de muchas mexicanas y mejicanos.
Y orita nos sale el bato con la pendejada de morder las manos de los que le dieron de comer a toda su puta familia.
Y es que peor que un rico exquisito y necio, es un rico burro y aburrido.
La culpa es de la bola de tarugos que lo pusieron ahí.
Esos que nunca cruzaron a Tijuana a aventarse una parranda.
Pregúntenle a Brad Pitt o a George Coolney, que esos sí saben del tema.

José Juan Aparicio.
13-Julio-2017.


No hay comentarios:

Publicar un comentario