Manta
Eléctrica.
Oficialmente la primavera entró el 20 M , pero en mi Galicia
profunda, todavía a 22 M
el invierno daba sus últimas tarascadas.
Me llevan por Semana Santa, de paseo a una población del
interior de Orense, cerca de Portugal y de día todo muy asoleado, pero de
noche, en las casas antiguas de los pueblos, sin calefacción, hace un frío de
la rechingada – que dirían en estas zonas de mucha emigración a México – dónde
esas exquisiteces de ricos no se llevan y por el otro lado del charquito no se usan
pues solo “pela” en Toluca y el Norte.
La amá de mi familia de acogida duerme sobre una manta
eléctrica encendida, con cuatro botellas de litro y medio de coca-cola
rellenitas de agua caliente. Muy templadita, eso si, la vieja chingona.
Sólo que me acordé del día que Songo – mi perro – me salvó
la vida.
Fue un incidente con una puta manta eléctrica, ya las tiré
todas, la deje arrugada sobre si misma, se amontonaron las resistencias y se
monto una hoguera sobre el sofá, en principio sólo de humo. Cuando el can me
aviso yo ya dormía en la habitación y estaba el piso con una intensa niebla
negra.
Bajé la manta a la calle – diluviaba – y monte otra humareda
del demonio allí abajo.
Abrí todas las ventanas y me largue – sano y salvo – a
dormir al coche con mi salvador.
Desde entonces le debo una.
Así que refiriéndome a la Sra de Bande – ese es el pueblo – le dije a su
hija que tenga cuidadín, porque su ma se va a incinerar ella solita.
Y el de la funeraria – un mastuerzo del 15 – se va a agarrar
tremendo emputado.
Además en esa semanita de sacrificios y penitencias, ya nos
llega con todos los recordatorias de morideros y penalidades – que, dicen –
ocurrieron en el siglo 1, milagritos aparte. Para la redención de los pecados
de la humanidad.
Esa misma humanidad que demostró ayer el Obispo de la Diócesis Tuy-Vigo
en el discurso de la ofrenda floral al Santo del pueblo:
“Y el Patrono de este pueblo agradecerá estas ofrendas de
las autoridades, las Bandas de Música, civiles y militares y de “todas las clases sociales de la localidad”.
Un discurso muy piadoso para venir de un pendejo.
José Juan Aparicio.
5-Abril-2016.
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