Comen del frío de la niebla, se beben
su libertad.
Los que no nos hemos dejado nunca de nadie, los que hemos
estado siempre enfrente de los hijoputas, a los que todo el mundo se la mama,
los que por ley natural y genes (de alguna tía) permanecemos alejados del
poder, porque no nos interesa.
Los que repudiamos los clanes.
Los que gritamos a la luna porque nadie nos escucha:
“Y se lo aullaba a la luna
La única que lo
escuchaba”. (“El Corrido de Blanquito”).
Los que hacemos con y de nuestra vida un corrido y ojala
podamos hacer lo mismo con nuestra muerte.
Los que sabemos rifárnosla cuando aparece la cara B.
Los que cuando estamos en la lona nos levantamos para seguir
encajando.
Los que curamos el corazón con tequila.
Los que sabemos esperar a los bastardos que siempre llegan
tarde.
A veces nos llevamos hostias y a veces ayunamos.
Pero puedo asegurar que es el ayuno más rico y alimenticio
del mundo.
José Juan Aparicio.
9-Abril-2016.
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