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domingo, 16 de octubre de 2022

TATUAJES, PIERCINGS Y DEMÁS PENDEJADAS


 

TATUAJES PIERCINGS Y DEMÁS PENDEJADAS.

El carnicero portugués llevaba tatuada una gran carabela en el cuello y la cajera del hiper una rosa de los vientos en el brazo izquierdo y un texto en japonés en la muñeca derecha todo muy “cool” para dos “countrys” de la montaña portuguesa que creen que Vasco de Gama es un rapero brasileño.

La taquillera de un baile para viejos –como yo- trae la nariz atravesada por un alambrito rematado por dos bolas, una ceja con un arete y debajo del cuello y en las muñecas motivos diversos de dragones y mazmorras en technicolor. Aparte de esto la chava es un tapón de metro cuarenta, ya de por sí, sin ayudas externas, más fea que pifio. No me extraña que a la semana siguiente la cambiaran por un bombón sin añadidos gráficos.

Y eso que la clientela ya tira de grafitis en la piel que da gusto: ”Yo tengo un amigo tatuador”, dicen esos majaderos. Con el mismo orgullo que si tuvieran entre sus amistades a un marginal tipo Jack Sparow.

Gitanos y payos y en general toda la raza blanca practica ese deporte, no he visto negros, será que el fondo del cuadro no es el adecuado.

Parece ser que si no llevas, como llevaron siempre los presidiarios, las putas y los polinesios nada tatuado no estás al día.

También convienen los aditamentos como pulseritas varias, collares y accesorios étnicos en general. Y si perforas tu anatomía por varios lados con alambres mejor. Curiosamente todos esos “machitos” de figurín llevan “mariconera” en bandolera, el antiguo modelo de mano con cintita para la muñeca muy de moda entre los rufianes de puti club pasó de moda.

Yo ya había dejado lo de la medallita al cuello hace tiempo, las llevo en la cartera. Pero el domingo pasado me ofrecieron una medalla de la Virgen de Guadalupe de Mex y como a la patroncita no le digo que no la compré en el acto sin regatear, la puse en una cadenita de plata que tenía para vender y al cuello.

Al menos la jefa sabrá darme ese empujoncito que siempre me ha dado cuando el loberio aúlla a mí alrededor.

Ya me lo dijeron por allá que voy protegido bajo su manto.

Si no como chingados seguiría respirando todavía en este infierno pre- apocalíptico  que nos ha tocado a los de esta era.

 

José Juan Aparizio.

16-Octubre-2022.

 

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