De muyahidín a talibán pasando por lo joto y en moto.
Me va a perdonar Alá pero a
sus súbditos desde siglos atrás –también debido a su manía de esconder a las
mujeres- lo joto (maricón), homofobias aparte, les cae bastante y es que a
falta de pan los infieles siempre han cargado la mano o mejor dicho la polla en
la parte trasera de sus congéneres del sexo masculino.
Por esas montañas perdidas
de Dios y Mahoma luchando en su “Guerra Santa” se atizan entre ellos lo que no
está escrito en el Corán. Aunque eso también pasa frecuente mente con nuestros
vecinos de Maroco. Eras puta o estabas encerrada y sometida, llámese machismo o
x, así que los chingones a alivianarse entre ellos.
Los guerrilleros afganos después de pelear con
los rusos ayudados por los yankees, que se han abierto de allí muy
oportunamente han tirado por la senda del fanatismo religioso que es la más
dramática e inoportuna y los más perjudicados como siempre mujeres y niños.
Y –repito- esos tipos que
dominan la montaña con su clásica en todo el mundo “Guerrilla half-part”, se
seguirán paseando a pie o en sus Honda Atlas 125 mientras no se les mande –La
OTAN, la UE, la URSS, la CHINA o la OTRA, un BANDERÍN DE ENGANCHE con pelotas y
objetivos claros, o sea:
“Mandarlos a chingar su madre a su Yanna dónde 72 Huries están esperando a cada
talibán caído en la yihad”.
Que traducido al esperanto
quiere decir.
“Darles el pasaporte para su
Cielito Lindo, donde 72 meretrices por cabeza talibán les estarán esperando
para deleitarlos toda la eternidad como premio a su dedicación bélica a la
causa”.
Y claro si creen todas esas
pendejadas lo mejor es que alguien –ayer- los facture en ese viajecito sin
ticker de vuelta.
José Juan Aparizio.
3-Septiembre-2021.
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