La asociación del rifle tenía razón.
Nota: Este artículo lo tenía escrito hace días, pero viene
al pelo por si el caos del COVID 19 se hace total. Para evitar ser comido por
desaprensivos o abusado por unas “autoridades”, que a esas alturas del partido
sólo mandarán en sus pelotas.
Cuando alguien sólo busca “Prados más verdes”, sin estar
contaminado, ni meterse con nadie, tiene derecho a defenderse.
Pero ese derecho lo va a tener que hacer valer en función de
su “artillería”.
La ruleta ya gira, suerte pues.
La asociación del rifle tenía razón.
Al final los pacifistas, los hippies de la tartita de
mariguana y del “Paz amor y flowers” y los idiotas de la barba cuidada y el
patinete eléctrico, son los que primero pisan al de al lado cuando hay que
mamar o abrirse paso.
Ya lo vi de pequeñito en la escuela y luego en la Universidad , los
progres de los panfletos acabaron con Aznar y Felipe Gonzalez en las Bahamas
dorándose con un polo de caballito o cocodrilo y con daiquiri de sombrillita.
En los pocos países en los que la palabra libertad es algo
más que una broma aún se pueden comprar y portar armas. No sólo las lleva el
sheriff.
Y por eso y gracias a eso, en otros países dónde no se
pueden llevar, también las lleva hasta el más pendejo y no existen los
empujones.
La gente es mucho más educada y se pone más lista. A nadie
le gustan las balaceras.
Aunque también son más aventados. Digamos de gatillo fácil.
Lo cual ayuda en la selección natural.
Y eso no deja de ser una ventaja, los idiotas no suelen
llegar a viejos.
“Un hombre un rifle”.
“Colt hizo a todos los hombres iguales”.
Si claro hay tarados con R 15 disparando en los
supermercados y en los institutos.
Pero eso son “daños colaterales” comparados con la paz que
da llevar tu Smith & Weson al cinto.
Al final, en la noche de los tiempos, el cazador peludo que
dormía al pairo con su perro junto al fuego, temblaba junto al cánido al llegar
la inquietante oscuridad.
Porque sobraban depredadores aprovechando la menor ventaja
que obtuvieran para darse un homenaje con la dulce carne humana y la correosa
vianda del cánido.
Y esa inseguridad y ese temor atávicos e insoslayables son
los que avivan el intelecto.
Pero ojo, el relax absoluto sólo existe en este planeta para
los memos e inconscientes, que casi hacen peor raza que los malvados.
José Juan Aparicio.
13-Marzo-2020.
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