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lunes, 10 de junio de 2019

AIRE ACONDICIONADO.



AIRE ACONDICIONADO.

Mi hermana Rita acaba de escribir un articulo en S. MODA (El PAIS): La batalla del termostato: ¿está el aire acondicionado hecho a la medida de los hombres? Rita Abundancia.

Interesante y bastante científico. Como es un tema que me interesa por el padecimiento que nos acarrea en verano la climatización a los “friolentos” que dicen en Mex voy a abordarlo brevemente.

Existe lo que se llama “velocidad de cortesía”, cuando llevas a alguien en tu carro, si no eres de esos energúmenos que abundan y –sobre todo en un viaje largo- debes llevar una velocidad, que respetando o no la legalidad vial, permita a tu acompañante viajar digamos relajado. Que no tenga la impresión de que se va a matar en cada curva vamos. Que fume, aunque tu no lo hagas, que se pedorree todo lo que quiera y que no calle ni debajo de agua. Detalles de convivencia que tendrás con él, ella o ellos. Luego te paras por gasolina, tomas café, el vino de Rueda y todo lo demás, pero lo llevas suave y te lo agradecerá.

Para matarte o matar a otros con el Ferrari a 300, pues cuando vayas sólo y los contrarios que recen claro.

Como conozco a los pájaros ya evito los que no me convienen, otra cosa era cuando iba a dedo, pero eso merecería un capitulo aparte.

Pues con el aire pasa lo mismo. Hace años en Agosto en Écija,40º, la sarten de Andalucía, entre sudando en un bar, 5º y no me dio un infarto de milagro. Como si estuviera en el Polo. "Que frezquito ze ezta mi arma". Decían aquella bola de cabrones

 En los carros de los calurosos y en los departamentos de algunas tres cuartos de lo mismo. Si, lo mío será exagerado, nunca pongo el “clima” en el coche, pero es que algunas se creen que es posible coger en un iglú y eso del ardor amoroso y la subida de temperatura sexual les vale gorro. “Si mi amor, lo que quieras cuando se me descongele la verga".

Es jodido tener que llevar ese plumifero tan practico que se arruga y se mete en una bolsita del tamaño de la mano en pleno verano en Florida, Urabá o Chiapas, pero es lo más recomendable para no morirse de una pulmonía. Igual que en la cabina del avión, en viajes cortos, dónde no dan mantita ni madres.

Entre en un resto de esos que hay un mini hall con un púlpito de madera y una morra detrás que es la que da las mesas. Bastante “fisno” vamos, nada más pasar la puerta me helé.

“Buen día mesa para dos?”.

“No, gracias ya me iba, es por lo del frío, los cantantes sufrimos mucho de la garganta”, digo ya abriendo la puerta de fuera.

“Le pongo al lado de una ventana que da el sol”, La chava quería ponerme juntito a la calefacción dentro de la nevera, con buena intención y para no perder clientes.

“Cofff coffff, coffff, simule una tos espontánea, discúlpeme  chula cofff cofff “ dije ya fuera.

Lo más gracioso, en invierno, en una Disco de tarde, que el calor humano -está llena- caldea bastante, los tipos vamos en manga de camisa y las damas sin mangas siquiera. Pero hay una puta esquina en el local, dónde bailan como locas unas tarugas de Orense, sudando la gota gorda, pues no paran y allí, las tipas, abren una ventana de par en par. Si se te ocurre acercarte o pasas sin querer se te clavaran los carámbanos de hielo en la calva. 

Y claro el problema no está ni en el aire, ni en el carro, sino en el que los maneja.

Y es que en la vida cada vez más, pasa lo mismo que en la cárcel. Que esto ya es una carrera de obstáculos. Lo malo es que estos no se están quietos para que tú los sortees como puedas.

Es que vienen hacia ti a toda madre.

 

José Juan Aparicio.

10-Junio-2019.

 

 

 



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