Diteras
2.
Ya aclare que ese es un oficio, especialmente femenino, que
ayudó a muchas economías familiares a salir a flote en tiempos difíciles.
También fue una válvula de escape y de liberación de muchas
mujeres.
Porque, a menudo, las vajillas, aspiradoras, cremas
adelgazantes, planes de estudios de costura, mecanografía y demás pendejadas de
la venta con dita ( a plazos) eran pagadas, más que por las “amigas de la
reunión”, por el amante de turno de la casada-ditera, que “en teoría” se sacaba
una lana vendiendo en reuniones caseras. De tarde, no muy noche, pues los
casados en aquellos años se regresaban pronto.
“Luis, el ingeniero-amante”, aportaba también a la economía
familiar de “Manolo el que mira pa otro lado”.
Y su querida ditera vendía a las amigas medias y ollas
express, a Luisito “conejo de monte” y tan tan, todos felices y contentos en el
reino de Papa Franco.
Y así se plantaron muchas en los setenta y cinco y en el
siglo XXI, ya felizmente divorciadas, con careto de pasa y abrigo de visón.
Porque la venta a plazos y el marketing piramidal, como
dicen en las conferencias de Herbalife, dan para mucho.
José Juan Aparicio.
14-Septiembre -2018.
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