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viernes, 1 de diciembre de 2017

El secuestro Express de Rubio.



El secuestro Express de Rubio.

No me acordé que los Jueves y Domingos es día de caza por el monte de alrededor de casa. En esos casos cambio el itinerario de mi paseo con los canes por otro más urbano, donde no pasan los cazadores.
Pero me olvidé. El caso es que salgo y a mitad de recorrido me paro un rato al sol a leer un libro y Rubio (uno de mis dos perros) se larga. No pasa nada sabe dónde está la casa.
En media hora me levanto y me vuelvo con Songo para mi domicilio. A medio camino ¡¡¡¡CHINNNNNNN!!!!!!!!!! Veo un carro con un remolque para perros. ¡Coño! Día de caza. Y al momento me mosqueo al ver que el tipo. Un hijo de puta, como todos los cazadores, mueve carro y remolque con cierta prisa para largarse.
Ahí me atoro un poco sintiendo el peligro y cuando da la vuelta por la puerta trasera pequeña, del remolque-perrera, veo entre varios perros el pecho blanco, con el final de las patas delanteras también blancas de Rubio. Le doy un grito “Rubio” y contesta una ladrada de varios perros. Entonces salgo corriendo detrás del carro gritándole al cabrón: “EHHHH Pareeee Pareeeee”. El mierda para un poco adelante abre la puerta con intención de salir, pero se arrepiente, arranca y se va.
Entonces llamo a un amigo que está de guarda en ese coto de caza –no me gusta nada ese trabajo de mierda- y le cuento el asunto, me dice que conoce al fulano y que tranqui. Mientras le explico todo –diez minutos- se presenta Rubio corriendo desde dónde se había marchado el pendejo del R 5 con remolque.
Conclusión: el valiente cazador, con escopeta en el carro, no quiso parar por si –al tener que soltar a “Rubio” del remolque- yo le recriminaba y se producía un altercado.
Más adelante reflexionó: “El del perro pudo haber tomado la matricula del coche y el can igual tiene chip –si que tiene- mejor suelto al chucho –de incógnito- y ahorro problemas”.
Todos saben a estas alturas de la película lo que hacen los cazadores con los perros que ya no les cazan y lo que pasa con ese “deporte” de capullos que genera millones de euros.
Ahora voy a decirle a aquel cazador lo que puede pasar con el:
Ya se quién es y dónde aparca el coche, que también se cual es.  El que lo va a “venadear” a él orita soy yo.
Cómprate un ojo para la nuca güey, porque un día de estos te va a hacer falta, la temporada de caza está apenas empezando y pienso aprovecharla, ahora que Rubio duerme caliente en su casa y salió con bien de su Secuestro Express.

José Juan Aparicio.
1-Diciembre-2017.



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