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miércoles, 27 de diciembre de 2017






CHINGADERAS(3) evacuol.


 Me faltaba un capitulo de “Chingaderas” el cual se me despisto y completo ahora para cerrar el año. Repito aquí las dos entregas anteriores para que la historia del pepenador quede completita: CHINGADERAS (1) y CHINGADERAS (2) DOÑA TERE.


“Para chingarse a un cabrón.
 M´hijo no tengas prisa.
 Te llegará la ocasión.
 Pues la venganza no avisa”.


Pepenador, pepenadores. 1: Personas que trabajan clasificando y separando la basura para posteriormente vender las partes reciclables.

-“A ver Panchito, ya sabrás q´uel Flores se está chingando a mi Uriel por la pura pendejada  de su apá, un pleito eterno de machos y viejas y me gustaría que me echaras un lazo”.
-“Mire Doña, yo con tal de fregarme a ese jueputa lo que quiera, ya sabe que se pasó de lanza también con lo de mi troka. Y la raza ya se pregunta si me lo voy a torcer o que”.
-“Pos ni modo de pasársela hijito nos lo fregamos si o también”.
Le invite el Domingo a comer y ya verás cuando coincida con  vosotros de comensales que tan linda le suena la rola.
-“Oki Doña Tere me traigo a Julio, ya  sabe que si los tacos son gratis se va a relamer”. “Solo una cosita, la del carro se la cobro ya de pasada, pero lo suyo es pa quebrárselo o vale con que se cague pa toa su puta vida”.
-“Mejor se cague, de momento no queremos irnos tos p´al bote”.
-“OK usted solo su maña del laxante, el resto es nuestra chamba, salucita”. Dijo Pancho chocando su lata de Tecate con la de la vieja, que también chupaba lo suyo.
- “ A las cuatro pue, Bye”.
Cuatro de la tarde y un calor de la chingada en el puesto de tacos, entre el comal y el verano de Oaxaca ni modo. Llego primero Pepe Flores como estaba previsto, saluda se sienta en una de las dos viejas mesas de coca-cola (las trajo su hijo de la basura) y enseguida pide una chela para refrescarse.
A los cinco minutos de charla informal, mientras la señora atendía a dos clientes se presentaron los dos de Amatlán muy sonrientes. La cara de Flores cambió.
-“Nas tardes dice Pancho en plan jodelón: ¿Qué Flores aquí a los tacos no?”.
-“Claro carnalito están rebuenos, ya sabes, la Doña se la rifa”.
-“Nos sentamos contigo güey, dice Julio relamiéndose, de paso hablamos de la Lobo”.
-“Esa troka si fue un regalo”. Flores no se echaba p´atrás”.
-“Tacos pa tos Doña y chelas porfa, pago yo dice Panchito”.
Ahí Flores respiró confiado.
-“Vine a mirar esa Estaquita del Uriel pa un bisnes con su suegra, ya saben lo mío son los carros chingones”.´
-“Si –dice Pancho- pero con la Lobo te pasaste el cloch (embrague) ese automático estaba echo mierda y nos salió en una lana repararlo, además nos dijiste que traía garantía la trokita”.
-“Je je, Flores tragó saliva, por esas trochas que la meten en su negocio no me extraña que se hayan echado el cloch, cuando yo se la vendí estaba a toda madre”. El coyote intentaba aguantar el tirón.
-“Bueno Pepe relax –dijo Julio- nos la cambias por otra mejor, poniendo lana nos si hace falta y descontando tu los 8.000 pesos del cloch y tan tan, tan amigos”.
Flores ya sudaba y pidió otra orden de tacos con más chelas.
-“No friegues compa el cambio si, pero lo del cloch…….”
En realidad la charla de los dos primo era algo banal, un mero pasatiempo, no más para calentarle el horno a flores, dónde le iban a cocer los tamales y a él también si seguía de necio.
Mientras, Doña Tere trasteaba con sus tiliches, servia tacos a la concurrencia y repartía bebida, sin preocuparse de la mesa de la platica.
Eso si ella, en un pase maestro de magia y con una indicación a Pancho había servido una más de tacos con un par de ellos –que casualidad los de Flores- cargados de más.
-“Esta vieja es más guarra que la pelos –alego el vendedor de carros- agarrando un taco de los seis que componen un plato- jajajaja, en los suyos hasta se le cayeron los pelos, jajajajaja más risas, espero que no sean del coño”.
Y separó otro taco para si –el segundo- que casualmente era el otro que no tenía pelito encima.
Esos pelitos eran la señal convenida.
-“Jajajajajaa se carcajeo Pancho apartando teatralmente el pelo de su taco, soplándolo y echándolo a volar al aire con gesto exagerando, déjate de pendejadas Flores que los tacos de esta vieja son los mejores de to Mex y si saben a raja mejor, ahora vienes de exquisito y has mamado panoja en los peores congales de Puebla, de dónde traes tu chatarra”.
-“Jijopu………….” No llego a acabar ni la palabra el tal Flores.
Se agarró la panza en un gesto espasmódico de dolor, mudo su color a un blanco total, empezó a levantarse de su silla y se cayó al suelo, cagado por toda la pata abajo e inconsciente.
Casualmente –coincidencias de la vida- en ese momento el puesto de tacos estaba desierto.
Agarraron al tipo, lo metieron en la cajuela de la Lobo y se lo llevaron para el Hospital a urgencias.
Lo meten de volada y al rato sale el médico:
-“¿Ustedes trajeron a ese hombre?”.
-“Si Doc dice Julio, nos vimos en la calle, es coyote, íbamos a comprarle un carro, dijo venía de comer no se donde, que le dolía su panzita, ya sabe los tacos de la calle, se puso malo, lo traemos, nos embarra toda la troka y aquí lo tiene. ¿Qué tal está?”.
-“De la fregada más p´allá que p´acá. Ya veremos, me dan sus nombres por lo del parte”.
-“Mire Doc, nosotros tenemos chamba, no más le trajimos porque es amigo, comento Pancho metiendo descuidadamente unos billetitos (10.000 pesos) en la bata del médico, el cual tocó el bulto con un gesto de conformidad”.
-“Denme pues seis minutos voy a ver como sigue”. Dijo el médico desapareciendo.
Los primos agarraron su Ford Lobo y se largaron.
Hubo mala suerte el fulano se murió la noche siguiente.
Se le salió el estomago por la boca por culpa de un frasquito completo de “Evacuol” un laxante potente. Se ve que a la taquera se le fue la mano y el correctivo acabó en velorio. “Casi mejor les dijo Dña Tere a los sierreños, además su vieja estará encantada de haberse librado de ese golpeador”.
“Sólo bajo prescripción médica, dosis máxima 5 gotas” decía el instructivo.


José Juan Aparicio.
27-Diciembre-2017.



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