CHINGADERAS(3)
evacuol.
Me faltaba un
capitulo de “Chingaderas” el cual se me despisto y completo ahora para cerrar
el año. Repito aquí las dos entregas anteriores para que la historia del
pepenador quede completita: CHINGADERAS (1) y CHINGADERAS (2) DOÑA TERE.
“Para chingarse a un cabrón.
M´hijo no tengas
prisa.
Te llegará la
ocasión.
Pues la venganza no
avisa”.
Pepenador, pepenadores. 1: Personas que
trabajan clasificando y separando la basura para posteriormente vender las
partes reciclables.
-“A ver Panchito, ya sabrás q´uel Flores se está chingando a
mi Uriel por la pura pendejada de su
apá, un pleito eterno de machos y viejas y me gustaría que me echaras un lazo”.
-“Mire Doña, yo con tal de fregarme a ese jueputa lo que
quiera, ya sabe que se pasó de lanza también con lo de mi troka. Y la raza ya
se pregunta si me lo voy a torcer o que”.
-“Pos ni modo de pasársela hijito nos lo fregamos si o
también”.
Le invite el Domingo a comer y ya verás cuando coincida
con vosotros de comensales que tan linda
le suena la rola.
-“Oki Doña Tere me traigo a Julio, ya sabe que si los tacos son gratis se va a
relamer”. “Solo una cosita, la del carro se la cobro ya de pasada, pero lo suyo
es pa quebrárselo o vale con que se cague pa toa su puta vida”.
-“Mejor se cague, de momento no queremos irnos tos p´al
bote”.
-“OK usted solo su maña del laxante, el resto es nuestra
chamba, salucita”. Dijo Pancho chocando su lata de Tecate con la de la vieja,
que también chupaba lo suyo.
- “ A las cuatro pue, Bye”.
Cuatro de la tarde y un calor de la chingada en el puesto de
tacos, entre el comal y el verano de Oaxaca ni modo. Llego primero Pepe Flores
como estaba previsto, saluda se sienta en una de las dos viejas mesas de
coca-cola (las trajo su hijo de la basura) y enseguida pide una chela para
refrescarse.
A los cinco minutos de charla informal, mientras la señora
atendía a dos clientes se presentaron los dos de Amatlán muy sonrientes. La
cara de Flores cambió.
-“Nas tardes dice Pancho en plan jodelón: ¿Qué Flores aquí a
los tacos no?”.
-“Claro carnalito están rebuenos, ya sabes, la Doña se la rifa”.
-“Nos sentamos contigo güey, dice Julio relamiéndose, de
paso hablamos de la Lobo”.
-“Esa troka si fue un regalo”. Flores no se echaba p´atrás”.
-“Tacos pa tos Doña y chelas porfa, pago yo dice Panchito”.
Ahí Flores respiró confiado.
-“Vine a mirar esa Estaquita del Uriel pa un bisnes con su
suegra, ya saben lo mío son los carros chingones”.´
-“Si –dice Pancho- pero con la Lobo te pasaste el cloch
(embrague) ese automático estaba echo mierda y nos salió en una lana repararlo,
además nos dijiste que traía garantía la trokita”.
-“Je je, Flores tragó saliva, por esas trochas que la meten
en su negocio no me extraña que se hayan echado el cloch, cuando yo se la vendí
estaba a toda madre”. El coyote intentaba aguantar el tirón.
-“Bueno Pepe relax –dijo Julio- nos la cambias por otra
mejor, poniendo lana nos si hace falta y descontando tu los 8.000 pesos del
cloch y tan tan, tan amigos”.
Flores ya sudaba y pidió otra orden de tacos con más chelas.
-“No friegues compa el cambio si, pero lo del cloch…….”
En realidad la charla de los dos primo era algo banal, un
mero pasatiempo, no más para calentarle el horno a flores, dónde le iban a
cocer los tamales y a él también si seguía de necio.
Mientras, Doña Tere trasteaba con sus tiliches, servia tacos
a la concurrencia y repartía bebida, sin preocuparse de la mesa de la platica.
Eso si ella, en un pase maestro de magia y con una indicación
a Pancho había servido una más de tacos con un par de ellos –que casualidad los
de Flores- cargados de más.
-“Esta vieja es más guarra que la pelos –alego el vendedor
de carros- agarrando un taco de los seis que componen un plato- jajajaja, en
los suyos hasta se le cayeron los pelos, jajajajaja más risas, espero que no
sean del coño”.
Y separó otro taco para si –el segundo- que casualmente era
el otro que no tenía pelito encima.
Esos pelitos eran la señal convenida.
-“Jajajajajaa se carcajeo Pancho apartando teatralmente el
pelo de su taco, soplándolo y echándolo a volar al aire con gesto exagerando,
déjate de pendejadas Flores que los tacos de esta vieja son los mejores de to
Mex y si saben a raja mejor, ahora vienes de exquisito y has mamado panoja en
los peores congales de Puebla, de dónde traes tu chatarra”.
-“Jijopu………….” No llego a acabar ni la palabra el tal
Flores.
Se agarró la panza en un gesto espasmódico de dolor, mudo su
color a un blanco total, empezó a levantarse de su silla y se cayó al suelo,
cagado por toda la pata abajo e inconsciente.
Casualmente –coincidencias de la vida- en ese momento el
puesto de tacos estaba desierto.
Agarraron al tipo, lo metieron en la cajuela de la Lobo y se lo llevaron para el
Hospital a urgencias.
Lo meten de volada y al rato sale el médico:
-“¿Ustedes trajeron a ese hombre?”.
-“Si Doc dice Julio, nos vimos en la calle, es coyote,
íbamos a comprarle un carro, dijo venía de comer no se donde, que le dolía su
panzita, ya sabe los tacos de la calle, se puso malo, lo traemos, nos embarra
toda la troka y aquí lo tiene. ¿Qué tal está?”.
-“De la fregada más p´allá que p´acá. Ya veremos, me dan sus
nombres por lo del parte”.
-“Mire Doc, nosotros tenemos chamba, no más le trajimos
porque es amigo, comento Pancho metiendo descuidadamente unos billetitos
(10.000 pesos) en la bata del médico, el cual tocó el bulto con un gesto de
conformidad”.
-“Denme pues seis minutos voy a ver como sigue”. Dijo el
médico desapareciendo.
Los primos agarraron su Ford Lobo y se largaron.
Hubo mala suerte el fulano se murió la noche siguiente.
Se le salió el estomago por la boca por culpa de un
frasquito completo de “Evacuol” un laxante potente. Se ve que a la taquera se
le fue la mano y el correctivo acabó en velorio. “Casi mejor les dijo Dña Tere
a los sierreños, además su vieja estará encantada de haberse librado de ese
golpeador”.
“Sólo bajo prescripción médica, dosis máxima 5 gotas” decía
el instructivo.
José Juan Aparicio.
27-Diciembre-2017.