DITERAS
Ditera: Vendedora a plazos. La que cobra la dita.
Prestamista con usura sería un término más exacto.
Un oficio muy literario y costumbrista que no se presta a
desaparecer fácilmente. Es un término femenino, por ser una profesión, casi
exclusiva de mujeres.
Prosperaron extraordinariamente en la post guerra española y
actualmente es un oficio apreciado y hasta reputado entre las comunidades de
emigrantes, sobre todo las latinas.
Curanderas, adivinadoras, brujas, videntes, prostitutas y entre
el género masculino estraperlistas,
taxistas y contrabandistas eran profesiones que se alternaban con el préstamo.
“Ay doña Sole, que me hacían falta unos pesitos para el
refri, si seño usado claro”. Y la colombiana se los entrega y va cobrando a
plazos y con réditos la deuda. No suele haber problemas mayores. En este oficio,
aquí, no se necesitan sicarios.
“Mire doña Amada necesitaba vender mi abrigo de astracán y
claro, vine por su discreción y porque usted comprende mejor nuestra posición”.
La pijo-tiesa de Goya 45-4º izq no quería ponerse en evidencia y en el 1945 de
la era franquista el hambre merodeaba en Madrid, sin respetar barrios, portales
ni descansillos de escalera.
Aquí la ditera ganaba por partida triple, comisionando en la
venta, la compra y el adelanto.
“Si claro Felisa, total discreción, como no, hoy le adelanto
200 ptas, que con réditos se las descuento cuando venda el abrigo”.
El astracán cambiaba de percha, dejando a doña Amada buenas comisiones.
“Por favor Amada, ya sabe que Lina (la cupletista) es una
presumida bocazas y como se entere mi mujer de lo del abriguito, se hace uno
con mi piel”. Así se confesaba con la ditera uno de sus abogados favoritos, con
despacho en Serrano 12.
“Don Camilo, por favor, que semos profesionales contesta la
gitana”.
Y entre carambola y porcentaje, a costa de los necesitados
esta gente -no habría que olvidar a los hábiles “Pasadores” de la frontera
lusa- se hicieron con verdaderas fortunas.
Conozco de cerca a los que cambiaron de país las joyas,
bienes y “notas” (en portugués billetes) en una noche, cuando la Revolución de los Claveles
en Portugal, dónde a fachas, PIDES (policía política), todo tipo de polis y
burócratas corruptos les entro la prisa por lo de las posibles represalias.
Las modernas diteras venden Stanhome, Herbalife, vajillas,
aspiradoras, cremas y demás pendejadas a plazos salvajes para compañías
americanas y bancos.
En Mex, toda Sudamérica, África, Asia y en todo el mundo es
una figura de máxima actualidad, pues estas gentes financian prácticamente al
cien por cien de los inmigrantes ilegales de donde quiera que vengan y para
dónde diablos vayan.
“Si Panchito, claro que tendrás tu lana, pero le dices a
Chucho que si te friegan en el camino – te lleva la chingada, que diosito no lo
quiera- o si te agarra la migra él, tu primo, tendrá que pagar igual desde
Phoenix”.
“Ni modo Doña Jose, ya sabe que yo le cumplo y que si me la
acabo, mi carnal también y muchas gracias”.
Y Panchito se fue ilusionado y tranquilo a chambear al gabacho
(USA), estando seguro de que iba a pagar
si o también.
Sobre todo porque en Mex, para que cuadren mejor las
cuentas, las diteras, si que tienen uno o dos “cobradores” a mano.
José Juan Aparicio.
11-Noviembre-2017.
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