A
mandar patroncita.
Simple,
breve y sencillo.
Me
cuida, me protege y me echó el lazo cuando la cosa se torció al
final.
Fui
a verla al principio y casi al final, ya pedaleando y –como no- me
dio un último aventón que me devolvió a Monterrey.
Pero
–muda no es mi patroncita- me las canto a las claras:
“Mucha
medallita, mucha fé y de rogón aquí en la basílica del D.F, pero
te me vas de parranda y a girártela en el Norte. Luego te regresas
a que te venda tu acordeón y vuelta p´allá. Pero que onda güey
orita te chingas y a montar tu banda aquí en el Estado de México.
Al
lado de la jefa.
Sí
o sí y no me vengas con cosas”.
Pues
ni modo, si la cosa salió así y la jefa lo dice pos a entrarle. Me
regreso de volada y comienzo por ahí. Que es dónde me salió mejor
chamba.
A
la orden jefa y gracias por todo.
Pero
–porfa- de que la hago ahí me da el pase p´al norte mi chula,
q´uel norteño de arriba es otra cosa.
Prometo
pegar una medallita en el interior de la caja de los bajos de cada
uno de mis acordeones. Con eso y con voces italianas VINCI hechas a
mano, la cosa va a sonar a gloria.
RECHINGÓN
vamos.
De
nuevo GRACIAS LUPITA.
José
Juan Aparicio.
30-Mayo-2017.
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