Poquito falto el pasado domingo al medio día para que el
carro invisible y su conductor, fueran a reunirse con los antiguos propietarios
del auto, por orden cronológico José Aparicio y Alzira Estevez al más allá.
Todo gracias a un hijo de la rechingada que se atravesó
–nunca mejor dicho- en la carretera de subida a Monçao.
Y nos torció bastante la cosa, que se empezaba a enderezar
desde un pasado Miércoles en la notaria de La Cañiza (una firmita de venta que se prolongo
artificialmente dos años).
Me voy a saltar al wey del siniestro, que también es
siniestro de cojones, porque si no me lo eché el domingo, no fue precisamente
por falta de ganas, si no porque tenía mejores cosas que hacer.
Por ejemplo ver a una güerita preciosa y con ojos azules en La Luna , famosa disco de
Pontevedra.
El cuento es que el Carro Invisible iba en misión especial a
comprar un Acordeón (el de la foto) a Portugal cuando lo del cabrón del
Mercedes del año de la pera.
Pero resumo: espero a la GNR , encargo a un vecino de Porto –mi barrio-
realice la compra del instrumento por mi y me lo trae al lugar del siniestro
–gracias compa- firmo papelitos, no doy parte amistoso, porque lo suyo era
darle en la madre al güey. Me ayuda mi asegurador, me lleva a Vigo, dónde
alquile un coche con usura.
Me afeito en un bar dónde tomo un bocata y a lo mío: “Con
unos ojitos lindos se me quita lo dolido”.
Sobra decir que sólo –modestia aparte- resuelve tan rápido
el güerito. Motivos sobraban para hacerlo.
“Hola Chelo” (de Consuelo), que buen consuelo para semejante
madrazo. “Sabes que casi ni llego”.
“Pero si tu y yo no habíamos quedado”
“Pues no, pero yo sabia que andabas por aquí”.
“Traigo mi acordeón nuevo en el carro y ya te empecé tu
corrido”.
En caso de muerte prematura –esperemos que no- pues yo
siempre espero a la última carta,
el Carro Invisible habrá muerto en acto de servicio. Por un
instrumento, una rola y una bonita mujer, y eso es más de lo que desearían
muchos para su muerte.
Sólo un wero exigente pediría además:
“Morirse en la sierra
“Morirse en la sierra
Dándole plomo a la ley”.
Y que lo entierren con Banda como a Jenni Rivera.
Pero eso ya es otro corrido.
José Juan Aparicio.
1-Diciembre-2016.
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