CHINGADERAS.(1)
Es lo que pasa en los pueblos, la viejas rencillas, que van
de padres a hijos, muchas veces sin que se enteren los afectados que creen
enterrado el pleito.
Un tío tuyo o un primo, se madreo de jovencito con o sin
razón a otro güey, que en ese momento –las circunstancias ayudan- tuvo que
chingase, pero se le quedó la heridita.
Entonces uno se pregunta: ¿Joder yo que le hice a este
fulano, para jugármela tan chueco? Y ni modo, hasta que te acuerdas de que es
primo de uno al que tu abuelo, que era abogado le gano un pleito de tierras. Como
no se la pudieron cobrar a el y ya se murió te pasan la cuenta a ti. Por
familiar na ma.
Así que Uriel no entendió porque en una colonia de Oaxaca, a la derecha
(corriente abajo) del río Atoyac alguien de sus vecinos le empezaba a hacer la
vida de cuadritos. Primero tuvo grandes dificultades para rentar una casita por
allí, habiendo muchas en alquiler, mala suerte dijo, y notó ciertos “pasitos en
la azotea”, ese sexto sentido que te dice que algo pasa, o que te la están jugando,
aún cuando –todavía- no tienes evidencias.
Pero lo del carro ya fue un chingadazo en toda regla. Una
“Estaquita” Nissan que había comprado con mil sacrificios, para chambear
recogiendo basura por los barrios altos y ricos de la ciudad –por ahí donde
están las pizzerias pijas y los antros chingones de Banda como “La Mata ”- pues van y le roban
las cuatro ruedas completitas. Una ruina, aún para conseguirlas en la chatarra
tuvo que soltar mil pesos una lana para la economía del plebito.
Que tenía apartada para gestionarse una licencia de conducir
chueca, de esas que te hacen con un par de fotos en el centro del DF.
Con un chamaco de tres años, su vieja preñada de seis meses
y la madre de esta a su cargo el asunto estaba campeón porque a Sole desde que
se le notó la barriga su doña la corrió de su chamba de gatita (chacha).
Doña Tere, que era del lugar, vieja chismosa pero
chambeadora (aún vendía tacos con un comal y una mesa los sábados y domingos en
una esquina de la calle), le avisó.
Te están chingando desde que llegaste de Colima porque tu
apá le levantó una novia al papa de Flores, este le fue con el chisme al hijo
antes de morir y ese cabrón te quiere pasar el emputado a ti. Simple pero perro
el pleito. Más cuando Pepe Flores orita está empezando a subir en el negocio de
los carros chuecos. No es la cosa para mandarte sicario, pero “como chinga”
acabó de explicar la suegra.
La chambita de la basura es puerca de verdad. Primero le
tienes que hacer agujeritos a la caja de la troca para que evacue el caldo
pringoso que dejan los residuos orgánicos líquidos. Como que vas regando de
mierda el piso, pequeños y discretos pero que larguen. Y que no te joda la
autoridad para pedirte la mordida.
Luego vas casa por casa, cuando te has hecho una ruta y un
hueco en los barrios potentes (el hueco a veces se hace a madrazos con la
competencia, en la calle nada es simple), recogiendo basura, mierda para
entendernos. Buenas seño me llevo su basura, si esta de humor te trae una
bolsa de las grandes, estilo mex y te da 10, 15 o hasta 25 o si hay suerte 30
pesos. Si la pillas con mal pie te manda a chingar a tu madre. La metes, hurgando y seleccionando materiales en unos cubos plásticos o
colgando de donde sea y a por más. Al final de la jornada al vertedero a tirar
la porquería y luego a intentar vender hierros y chatarra al peso.
Sin olvidarse de echarle unos galones de nafta a la troca.
El trabajo ya está rudo por si solo como para que venga
algún cabrón a joderte.
“Pos voy a tener que darle en su madre suegra”.
“No mijo, que te vas al bote y nos dejas en la miseria”.
“Si ahí ya estamos doña”.
“Déjame ver a mi como le entramos al asunto y mañana te
digo, se paciente, eres un buen hombre –el único que no le ha pegado a mi
hijita- y no te mereces esa suerte por alguna pendeja herencia”.
“Pos más vale que se ocurra algún jale, porque a mi sólo se
me ocurren dos: Echármelo o echármelo”.
Continuará
José Juan Aparicio.
16-Agosto-2016.
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