Escuchando el último trabajo de Lila Downs, concretamente
“Una Cruz de Madera”:
“Lo único que quiero
Es que haya en mi velorio
Una serenata por la madrugada”.
Se me vino a la memoria una noche estrellada con una muerta
por medio y dos perros (uno cantante) y un acordeonista cantándole a las dos de
la mañana su serenata a las puertas, del ya cerrado, tanatorio.
“La Tumba
será el final” y otras rolas.
Lo mejor que aquella gente tenía para aquel entierro,
corazón y corridos.
Luego se fueron a dormir, después de echarse unos tequilas.
Ese es el entierro que mucha gente quiere para sí. “Que me
entierren con banda y tal….”, pero no muchas veces se respeta la voluntad del
finado.
Recomiendo oír la versión de Lila. Poco pide esa gente para su
velorio.
Pero lo más difícil –no imposible- es que el/la muertito/a
tenga unos AMIGOS, si con mayúsculas, CHINGONES que le cumplan su último
caprichito.
Corridos y tequila, carajo no pedimos tanto.
José Juan Aparicio
2-Julio-2015.
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