O GALEGO.
Con un sombrero de paja podría pasar perfectamente por
Emiliano Zapata. Moreno, bigotudo, gordote, chaparro y con chancletas, mataba
el tiempo achicando con un cubo y una pala -hecha con un envase de plástico de
aceite para motores- el agua de su taller.
Se había roto una tubería, le echaba la culpa a los “necas”
(portugueses) de que se le inundara todo el taller. Este tenía el suelo caído
hacia el interior y el agua, ya mezclada con aceite, serrín y mierda en general
formaba un mugriento charco que llegaba hasta los tobillos.
Eso no perturbaba para nada la calma, ni el humor de Telmo,
“O Galego”, que parecía preferir su trabajo de achicador al de mecánico
tercermundista y roñoso.
Los laterales del pasadizo que formaba el local eran
chatarrerías de metro y medio de alto. Era la cuarta vez en esa semana que el
tipo le había asegurado que su cacharro estaría listo enseguida. Una cuestión
de embrague. La técnica de Telmo era sencilla. Le llevas el coche, le cuentas
la avería, te dice ok, la disimula lo mejor que puede, te cobra y espera. A que
tu carro haga pum. Y cuando esto pasa –no le importa dónde- te lo arregla de
verdad, procurando cobrarte algo más.
Buena gente, Estilo sencillo. Metas próximas. Gustos
normales. Protocolo nulo. Cuestión de acostumbrarse.
En la radio – un aparato de coche acomodado en algún lugar
recóndito de la chatarra- sonaba una ranchera. La mejor música para aquel
antro.
-
“Ya
veo que aún no está desmontado –no más lo había subido al elevador- y te toca
todo la polla, pero por lo menos podrías saber quién está cantando en la radio.
Es la mejor cantante mexicana viva”.
-
“Hombre,
ya sabes que yo no soy cantante, eso tú”.
-
“No
me jodas, y miro para un “neca” joven, con camiseta de cuello de pico y pinta
de guaperas, como interrogándolo. El tipo tenía un “Chiante” (coche macarra y
tuneado portugués) en la puerta esperando turno.
-
“Ana
Gabriel” dijo el fulano. Este Telmo no se entera. Yo trabajé en un lavado para
carros el año pasado y todas las divorciadas, separadas y mayorcitas que aún
están buenorras llevan música de esa vieja en el radio del coche. Es cojonuda
la mex y las pone románticas y cachondas a todas.
Si era por culpa de Ana Gabriel, no
le importaba a aquel “gaxo” (tio) esperar un día más por su buga en el taller más
cutre de la frontera -lado portugués.
José Juan Aparicio
13- Noviembre-2014.
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