DÍA DE
MUERTOS
Ya se sabe, ciertas culturas dan bastante importancia al
ultramundo y a los de acá que ya se marcharon para allá.
Calaveritas de azúcar, tequila, mezcal, flores y demás.
Los “Unos”, bien estirados, engomados y coquetos en sus
mega-panteones, dejan sus mafias y pleitos de mercadillos y merca para mañana.
Los “Otros” muy adoloridos y los “Mex” –como siempre- tomándole a toda madre
con rancheras y corridos a la salud de los finados.
Mis cuates de las estaciones de mariachis y norteños de
Monterrey, San Luís Potosí, Cuernavaca, Veracruz y D.F. hoy tienen toda la
chamba del mundo y no paran quietos en sus bases.
Los gabachos con sus fiestas de Halloween, que ya importaron
a todo el mundo igual celebran a su estilo. Con mucho disfraz.
Los niños se visten de monstruos, las brujas se visten de
putas, las putas de brujas, los gays de gays, los más gays de corsarios
elegantes y los poligoneros de piratas cutres a lo Jack Sparow.
Muchas veces –en la adversidad- por lo de acordarse de Santa
Bárbara sólo cuando truena, le he reprochado a mi muerta favorita ( mi tía
Lola): “Que poca mano tienes ahí arribota Dolores”. Y no es justo. Tengo que
reconocer –carro invisible incluido- que cuando ha tronado de verdad, los
cuatro o cinco que tengo de ley por esos barrios SIEMPRE se han portado gente
conmigo.
Detallitos sin importancia, pero que a veces marcan la
diferencia entre quedarse aquí o ir a hacerles una larga visita:
“La patada en los huevos orita”.
“La mordida de las gordas”.
“Párate ya que es de noche”.
“Ni se te ocurra parar”.
Esas vocecitas interiores o pilotitos que se encienden en
momentos de la fregada, tienen algo del más allá.
Yo también me pasaré hoy por los dos cementerios dónde tengo
parientes, aparte de que estas letritas van pa ellos, con mi lagrimita en el
teclado y mis rolas favoritas para este día:
-
“Puño
de tierra” Ramón Ayala.
-
“Dos
botellas de mezcal” Jenny Rivera.
-
“Mensaje”
José J. Aparicio.
Y por supuesto mis tequilas.
Por otra parte eso de dejar dicho como quieres tu entierro
me parece una pendejada del 15.
A los que quedan al cargo, normalmente les vale sombrilla si
quieres mariachi, banda o norteño. Se preocuparán de ver lo que sacan por tus
instrumentos y tus cosas de valor. De darle aire a la lana que dejaste –por eso
es mejor no dejar billete- y de pasearse con tu troca.
Llevar tarjetita de donante de órganos y cuerpo es otro
balconeo gordo, sólo servirá para ahorrarles el entierro, mira, eso si te lo
van a agradecer, si se acuerdan que tienes la casquería colocada.
De ahí que yo:
“Quiero morirme en la sierra
Dándole plomo a la
ley
Que me coman los
bichitos
Que corren montes perdidos……..” etc.
Mientras tanto me acuerdo de mis muertos con cariño todos
los días, hoy en especial.
Y de los muertos de otra mucha gente – que ya debería ser
fiambre- también.
Bastante a menudo.
José Juan Aparicio.
1-Noviembre-2014.
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