Ningún político – y menos los de este país me cae bien- es
más TODOS me dan en el hígado.
Evito ya, en lo posible, hablar de esos temas.
Y con el ex-presi Suárez en capilla, me veo obligado a
explicar la O por
lo redondo otra vez.
Todo lo que quieran, Adolfo fue un fenómeno, pisó callos
como dicen los tertulianos y fue ninguneado al final de su carrera.
Para ser evaluado como mejor que muchos de sus sucesores no
era necesario hacerlo más que remal.
A ver quien se traga a Felipe, José Mari, José Luís o
nuestro querido jotito Mariano.
Pero a cada quién lo suyo. Adolfo hizo lo que pudo, lo que le
dejaron y como todos los que están en ese negocio de la: “Dedicación a los
demás”, se situó él y situó a los suyos en una posición de bienestar.
NADIE entra en política sin ansia de poder y de riqueza.
Ahora bien. Seré clarito.
Cuando brilla el acero, en un sitio u otro, pocos son los
que aguantan el tipo y muchos menos los que se la rifan.
Y ADOLFO SUAREZ hizo las dos cosas a la vez, delante de todo
este puto país.
Seguro estoy que si hubiera tenido un arma la cosa habría
ido más lejos. “Parejito”. Verdad Tejero, cabrón. En vez de irte de vacaciones
con tus guardias a una prisión especial de “guripas” igual te hubieras ido
más lejos.
Así que, aunque paso de UCD, y no creo en figurines del
poder, ese hombre, Adolfo, merece mi respeto por su comportamiento en el golpe.
Na más, le deseo un buen viaje y aunque no soy creyente ya le recé un padrenuestro por si acaso.
Na más, le deseo un buen viaje y aunque no soy creyente ya le recé un padrenuestro por si acaso.
No pienso ver
telediarios ni tragarme las clásicas adulaciones a los que se van. Hechas por los
que pasaron de ellos en vida y que sólo joden cuando a uno se le está acabando
la ranchera.
Sólo eso: un tequila y un corrido por un tipo con un par.
José Juan Aparicio 22-Marzo-2014.
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