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martes, 15 de enero de 2013

PERDEDOR


PERDEDOR

Nadie va a dar en el click de me gusta de este artículo. Porque a nadie le gustan los perdedores. Creen en todas esas cantaletas del karma, del pensamiento positivo y todo lo demás. Creen en la transmisión de la mala vibra. Cuando los únicos que tienen mala vibra, son los argentinos, los capullos que inventaron esa frasecita.
Y ahorita mismo, me voy a volver a revolcar en mi propia miseria, en mi puto destino, en mi puta desgracia y en mi puta suerte.
Porque me sale de los cojones. Y me vale madres que no sea “cool” escribir sobre la ruina.
Claro que me la busqué yo.
Me la busqué yo firmando lo que no tenía, ni quería firmar, cuando no debía firmar. O sea un certificado de matrimonio o como carajo se llame. Firmé para darle gusto a la parte contratante de la primera parte.
Menos mal que me divorcié, legalmente, rapidito.
Pero, sobre todo, firmé mi ruina cuando, desde pequeñito no quise acomodarme a los clanes: al clan del matón del pueblo, al clan del santón del pueblo –pronto hablaré de este en una cita especial- y al clan de los chupapollas de la universidad, del mundo laboral y de la vida en general.
Esto nunca es bueno, ir por libre.
Porque molesta a la audiencia. Y porque la felicidad ajena jode mucho, más aún si uno se la sabe procurar desde el lado de la humildad. El famoso “Saber divertirse barato” de uno de mis maestros.
Por eso volví a firmar mi ruina al hacerme un facebook, al admitir en él a los traidores e incapaces y al crear este mismo blog. Desde dónde escribo lo que los periódicos no tienen huevos de comprar.
Porque me sigo dando cuenta a diario de que en este puto mundo de falsedad, lo único que se vale es la burda y barata mentira.
De todos.
De las mentirosas aprovechadas, esas me tienen hasta el copete. De los ladillas “anónimos” de las paginas web.
De los que viven pisando a los demás sin reparo. A esos se la tengo jurada a toditos.
Pero una vez más lo veré todo por el lado bueno:
A día de hoy, ni tengo, ni pienso, dar cuentas a nadie de mi vida.
A día de hoy, me puedo permitir el lujo, de empezar de cero.
A día de hoy, me puedo permitir la licencia de ser libre. Si tengo lo necesario para comprarme un poco de libertad.
Y DISFRUTARLA COMO ME DE LA GANA.
AUNQUE SE QUE ESO OFENDERÁ A MUCHOS Y MUCHAS.
PERO ES LO BUENO QUE TIENE LA RUINA. QUE CUANDO LA SABES LLEVAR TE ENSEÑA UNA SOLA COSITA:
TU MEJOR AMIGA ES TU SOLEDAD.
TU MEJOR AMANTE ES TU SOLEDAD.
Y POR ESO YO LA QUIERO CON TODA MI ALMA.

José Juan Aparicio  9-Enero-2013.




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