DIVIDE Y VENCERÁS
Vamos a dividir la población española en cuatro partes:
-
Los
políticos.
-
Sus
allegados.
-
Trabajadores
no allegados, por cuenta propia o ajena.
-
Parados.
Aclaremos que me refiero a la población activa. Los
jubilados pertenecieron a cualquiera de los grupos.
Los políticos y sus allegados viven más o menos de puta
madre a costa de los currantes o emprendedores del tercer grupo. Aunque hay
muchos empresarios que por supuesto son allegadísimos.
Los parados malviven de las limosnas de los grupos uno, dos
y tres. Políticos y allegados, aunque cuentan como población activa y
trabajadora no rascan bola.
Esto nos lleva a la evidente conclusión de que:
Una cuarta parte de la población activa está hoy en paro en
España.
Dos cuartas partes de esa población chupan del bote y no se
bajan los sueldos ni por Dios. Su especialidad es hacerse los locos. Ya lo he
dicho millones de veces, pero no me importa repetirlo:
¿Señor Rajoy que tiempo va a hacer este puente en
Pontevedra?
Respuesta del fulano: “Tortilla española con cebolla, por
favor y una caña de cerveza”.
Y la última cuarta parte tiene que currar, tampoco aquí se
desloma nadie, para que vivan bien dos cuartas partes y coma mierda una
tercera. Mientras los menos afortunados de ellos –hay de todo- van zafando como
pueden.
Un catedrático de Economía hablaría de bancos, cajas de
ahorro, alemanes, franceses además de índices de no se qué y siglas raras que
quieren decir que chungo, que jodido que te cagas.
Y yo un auténtico lerdo en la materia digo lo siguiente:
A mi darme mi parte, algo me tocará por haber caído al azar
en este paraíso, que ya me la administro yo, o me compro un billete para otro
infierno. Y meteros las multas del numerito municipal, de la trampa de 50 a diez metros de la señal
de 80 (Vaya puta casualidad que en las dos que metieron en la misma semana pase
a 74 clavados por el mismo sitio, que exactitud tengo cuando me pillan).
La multa de ir los perros sin cinturón de seguridad y la
multa de mear perros y amo en la vía pública.
Todo eso os lo podéis meter por el culo, con vuestra puta
crisis.
Ya se, ya se, que la culpa de mis males la tengo yo. Por no
dar palo al agua. Por retrasado mental y por no tener el talento necesario para
chuparos la polla. Es el precio que pagamos los pocos SIN CLAN que quedamos
vivos. Y lo pagamos en unos € que no tenemos ni tendremos nunca.
Pero yo me moriré peleando: con vosotros o con vuestros sicarios. Porque la parte que
os reclamo dos renglones más arriba me la vais a dar hoy no, mañana. No lo
dudéis jotos, en mi viaje al más allá iré acompañado.
Por desgracia de alguno-os de los vuestros.
Y lo de paz, amor y flores lo dejo para los jipis. Porque
–repito- la Ley
de la Selva lo
dice bien clarito: “Sólo se puede matar para comer o para evitar ser comido (mi
caso)”.
Y a estas alturas de la crisis paso de poneros más mejillas,
de perdonar a los cabrones que me sigue chingando y de cantar La Internacional o el
Cara al Sol, con vuestra puta madre.
José Juan Aparicio.
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