MACHOS Alfa
Todos hemos deseado alguna vez “Tirarnos a matar de verdad”, cuando nos han jodido en serio, con ganas y con mala ostia. La diferencia entre los violentos y los mansos está en que estos últimos se la saben envainar y se aguantan.
Esta postura, a menudo, es más difícil y requiere más sacrificio que la de “Me valen madres” y adelante. Pero a la larga es más sensata, lógica e incluso saludable.
La diferencia entre manso y violento se llama tolerancia, renuncia y además creo que viene en los genes.
Más claro: el que nace hijoputa muere cochino.
Lo importante, dado que la justicia, el orden, la ley y la policía son de risa en nuestro país y en la mayor parte del mundo, es procurar no encontrarse con los cabrones delante. Saber evitarlos. Y en caso de un encuentro inevitable, me temo, que la única solución -de poder- es mandarlos al infierno. Antes de que ellos lo hagan con uno.
Pero, aquí choca el manso con su aversión a la violencia y con el drama de, que aún en un supuesto de defensa propia, se sufriría un conflicto interno grave teniendo que cargar con “el muerto”.
A los violentos el daño ajeno, e incluso la muerte no les produce dolor. Si acaso, satisfacción.
Las soluciones son complicadas. Los enfrentamientos inevitables y la violencia gratuita, por desgracia, habitual.
Pero esto (España, el siglo XXI y los imbéciles), no es la selva, sino algo mucho peor.
Los carnívoros aumentaron el volumen de su cerebro desde que empezaron a comer carne.
Pero la realidad nos demuestra que las respuestas violentas, en la mayoría de los casos, vienen del temor, la inseguridad y la duda.
El que tiene miedo que le quiten el territorio, las hembras y la comida vive como vemos en muchas especies en un continuo estado de alerta y ansiedad.
El seguro y tolerante se nueve relajado, viviendo y dejando vivir, perdiendo el miedo al futuro y a lo desconocido. “Ya mañana comeré, cagaré y joderé”. Y si no es mañana será pasado o el otro. No pasa na. Y si viene la Doña ya hablaremos con ella”.
Por lo tanto si usted quiere la paz, prepárese para la guerra: “Dicen los manuales de autoayuda”:
- En vez de echar tres horitas de gimnasio eche seis.
- En vez de hacerse un calendario de doce meses enseñando paquete hágaselo de veinticuatro.
- Nunca deje de vigilar su harén.
- Haga de perro del hortelano todo el día para que no coma ni Dios.
- Marque su territorio con testosterona para que no entre nadie en su rancho.
- Ah! Y con el tiempo que le sobre PELESELA un rato hombre. Que eso relaja mucho la tensión de un macho alfa.
José Juan Aparicio.