AMIGOS DEL FACE, AMIGOS POR LA FACE, AMIGUIÑOS Y ENEMIGOS ÍNTIMOS

AMIGOS del FACE, AMIGOS por la FACE, AMIGUIÑOS y ENEMIGOS INTIMOS.

Con las nuevas tecnologías me pierdo un mucho.  Los melones, los calo a la primera y a los mamones los veo venir, una semana antes de que doblen la esquina.

Son las ventajas del rodaje suave, la experiencia, la paciencia y el ojo clínico. Algo que, a los del llego y pillo, ayer, no les va. Y como me hago mayor con la peña del piercing, el tatoo y el gim me lío bastante. También cuenta haber perdido mucho y saber perder, algo difícil, no imposible. Aún así intentare comentarles a ustedes mi particular versión de las redes sociales.

Amigos, lo que se dice amigos, tengo pocos. Enemigos tengo más. Y en este slalom entre hijoputas que es la vida procuro zafarme lo mejor posible. Se trata más bien de preveer, de anticiparse y de escorarse cuando pasan los imbéciles. Para que se escoñen contra otros capullos tarados como ellos. Y así el choque de más trabajo a hospitales y funerarias.

Hay un test muy sencillo para identificar a los amigos de verdad. Son aquellos que, aún cuando estas tieso – en la puta ruina vamos- del todo, se atreven a invitarte a lo que sea ( advierto que es difícil encontrarlos) y no se mosquean – nada – si les vomitas encima de su mejor traje. Devolviendo la toma vamos. Sea parte, o la totalidad de lo ingerido. Amigos para siempre my friend, podríamos decir. Los tengas o no, en tu muro.

Los amigos por la face, también muestran su perfil con relativa facilidad. Son los que abultan la columna izquierda de tu red social. No te visitarán en la cárcel, en el hospital, ni en tu entierro. Y los notas fácil: si tienes moscas cojoneras a tu alrededor, mira hacia arriba. Brillará tu estrella. Tu muro lo llenan de span comercial y el suyo comentando gilipolleces: “Pepito dice que Tomasa esta guapa con su nuevo tatuaje de la nalga”. Si, al final hasta les cuesta decir culo. A los tontos del idem.

Amiguiño es un término gallego todavía por definir. Y en fase de estudio.

Se puede aplicar aquello de: “Amiguiño sí, pero a vaquiña por lo que vale”. Pero sería inexacto. Lo más próximo a la realidad sería algo así como: alguien que te toca los cataplines y le gusta hacerlo a menudo.

En la red social hacen comentarios fraternales de doble vértice, rayando al “trol”. Todos tenemos tendencia al amiguiñismo, más por gamberros que por mala leche. Sonaría así: “Muy bonita la foto de tu Antonio limpiándole el culo al nene. Entrañable”. Click en: me gusta. Click en: comparto.

Pero los más cachondos  de todos son los enemigos íntimos:

Nuestros enemigos íntimos se han dado de alta en la red con un nombre falso y a menudo sin foto. Para olisquear regularmente lo que hay, sin dar la jeta. Por eso son mis favoritos. Al final, están reconociendo tu talento. Cosa que nadie quiere hacer fácilmente y no se resisten, sin darse cuenta, a ser tus mejores feligreses. Lo de: “Que cabrón”, no saben ni ellos mismos,  si lo dicen con repulsa o con admiración.

 “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”. Les digo yo. 

José Juan Aparicio.