LAS BONDADES DE SER “VALEMADRISTA”
O “VIVA LA VIRGEN”.
Me gusta más la expresión
española que la mejicana, pero las dos me sirven.
“Viva la Virgen”.
“Valemadrista”.
Si no es un crápula, el “Viva
la Virgen”, es un pariente muy cercano.
Pero tiene que haber tenido
dinero –alguna vez- aunque ya sabemos que a esta gente no les dura, porque
saben gastarlo bien y con ganas.
Son difíciles de encontrar,
son los que se beben su libertad:
“Comen del frío de la niebla
Se beben su libertad”.
Dice el corrido.
Y no los encuentras en las
rutas cutre-hippies, ni en las timbas de tahúres, menos en los burdeles
asiáticos.
Te los puedes topar con
alzacuellos rifando un cerdo atado con un cordel en las montañas de Colombia.
Haciendo volar un
destrartalado DC 3 sobre el Darien panameño, O tomándo –todos toman- mezcal,
sin gusano en una cantina de teiboleras de Tabasco.
Con o sin revólver, con o
sin dinero y con o sin compañía femenina, con o sin sombrero.
Los auténticos no lleva ni
gafas de sol ni tatuajes.
Todos pedirán y pagaran
canciones a los músicos ambulantes o serán ellos mismos parte del Mariachi:
“Échense el Corrido de
Blanquito muchachos”, “Chelas para los músicos Doña”.
Y enpezará la fiesta:
“Parió la loba del cerro
Cuatro rechulos lobitos
Los tres primeros renegros
Pero el cuarto era Blanquito
Salió bien lanza y chingón
Aunque era el más chiquitito”.
Ese es el Viva la Virgen: el
más lanza, el más chingón y paradójicamente el más humilde y el de mejor
corazón.
“Lo imposible lo hacemos
ayer,
Los milagros tardan un
ratico”.
Decía un viejo buhonero con
una maleta de cartón llena de peines que vendía su producto en las calles y
mercados de Urabá.
Su equipaje la maleta de
peines, una botella de aguardiente “Cristal” –esas son de tipo petaca- y el
sello de “Valemadrista” que va marcado en el alma y se lo dio su amá cuando lo
parió.
José Juan Aparizio.
17-Julio-2021.
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