“Voy en busca de un mariachi
a Garibaldi
Porque quiero llevar una serenata
A una prieta que con su desdén me mata
Y por ella yo me pienso
emborrachar”.
Esta rola “Plaza Garibaldi”
y otras muchas del sub género “serenata”, hablan del güey enamorado que quiere
rondar a su amada, pero la popular expresión: “Jalarse al norteño”, a la Banda,
o al Mariachi, aunque también valen para esto de cantar bajo el balcón Los
Jorochos (Veracruzanos), la Marimba (Chiapaneca u oaxaqueña) y hasta el más
cursi trio romántico, es más amplia y se sale del contexto puro de la serenata.
Uno se “Jala el Norteño”, aquí
en Mex, por muchas razones: cumpleaños, quinceañeras, bodas, bautizos y
comuniones. Y todo tipo de celebración que requiera “Regional Méxicano” que al
fin y al cabo es la música “chingona” de este país. A mí me caen regordos los
aficionados al danzón, al bolero, al tango de los pelotudos argentinos de su
chingada madre y el pasodoble de mi tierra también me choca. Esa pretendida música
finolis de los panolis que lo más parecido al oído que vieron en su perra vida fue
una oreja de puerco.
Los dejo con su rollo
cultureta de bolsillo.
A mi déjenme llegarme a
Garibaldi –un sueño cumplido- a Los
Arcos de Veracruz o a la calle del Taco en Reynosa que allí ya le entro yo a la
raza, me “Jalo el Norteño” y me aviento una parranda de esas del siglo, que si
además termina con un “Polvo del siglo” ,a pesar o gracias al exceso de mezcal,
ya para que les sigo contando.
José Juan Aparicio
Mex 17-Marzo-2017.
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