Dos
chingonas
Mi amiga sudamericana es una de esas madres coraje anónimas.
Se la gira de “Peixeira” (vendedora de pescado a domicilio) en la Galicia rural y profunda,
por Lalín ma o meno.
“Mis hijos –niño y niña- bueno en realidad ya dos plebitos
de veinti poco, son mis pilares”, dice orgullosa. Cosa rara en unos tiempos
dónde la mayoría de la mamás –coraje también- reniegan de la prole: “Hoy no
hubiera tenido ni un puto chamaco, me tienen hasta arriba”.
Y sale adelante madrugando mucho y chambeando todo el día,
pues su ex, como la mayoría, se hace pendejo todo lo que puede y más con la
lana de los niños.
Por lo demás la morra es una alegre prietita con buen humor
y mejor corazón, le gustan las telenovelas, borda la bachata y se hecha sus
alipuzes si hace falta y la DGT
lo permite.
Vive en el campo en una casita más o menos solitaria, con
vecinos no tan cerca.
-“Muuuu buenas le dijo el chacho de la fragoneta”.
- “No tendría chatarra para darnoooooo u algo maaaaaaa, los
curumbeles y tal……”
La chula sale amable hasta la verja de la puerta –acompañada
de “Chuli”, la otra “chingona”- “Chuli” es una boxer de seis años.
-
“Buenos
días, pues no tengo chatarra, ni nada que no me valga, lo siento muchas
gracias”.
-
“Es
que andamooooo a ve si sacamo argo, que ta la cosaaaa mu mala”.
A mi me lo van a contar, piensa la
hembrita, acordándose de Rajoy, los autónomos, la crisis, el “peixe” y demás.
- “¿Esta sola no? –fuerza la máquina
el gitano- presionando, si no hay chatarra, algo que me venda barato,
antigüedades…..”
Ahí, mi entrona favorita, se emputa:
-“No estoy sola (miente). Pero me
valgo sola. Largo”.
Al decir esto último cambia su tono
de voz –de natural amable- al de cabreo.
Cosa que “Chuli”, siempre sentada y
tranqui a su lado nota al momento.
Y permanece atenta, haciéndose la
disimulada incluso.
Entonces el caló, mete la mano entre
la reja del portal como intentando alcanzar o sujetar a la chica, no sabemos
con que intención. Evidentemente no muy clara.
Como un relámpago y en absoluto
silencio “Chuli” mandó su tarascada a la diestra de aquel cabrón.
Que tuvo suerte de retirarla en el
último momento, no sin sentir la calidez del aliento de la perra. Hasta rozó
sus dientes en la maniobra evasiva.
-“Tus m……….”
Apenas llegó a pronunciar la m.
“Chuli” gruñó fuerte, breve e intensamente.
Cualquiera que hubiera estado allí habría entendido el mensaje. Y el idiota lo
captó al momento: “A la furgo ahora o te mandó con tu Jehová ayer” quería decir
exactamente el gruñido.
Aquel fulano escogió –de rapidín- el
camino más corto, se ve que no tenía prisa en reunirse con el pastor de su alma.
Cuando “Chuli” lo busco de nuevo con
la mirada el menda ya estaba en la fragoneeeeeta arrancando.
Las dos hembras se miraron, pensando
lo mismo y acordándose de “tos los mueeeeertos pisaos" de aquel tío:
La carne que más le gusta a “Chuli”
es la de cerdo.
Y si son manitas ñam, ñam, ñam………mejor.
José Juan Aparicio.
3-Diciembre-2015.
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