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lunes, 7 de diciembre de 2015

Banderín de Enganche

Banderín de Enganche

Fueron mil tipos y tipas
que volaron p´al Brasil
Por una causa valiente
y pa dejar de sufrir
Para jugarse la vida
en una causa civil.
La nota lo decía claro
esto es matar o morir
Mientras alguno respire
no más abusos allí.

Tomábamos cerveza en la barra del bar, sentados en taburetes un indigente, ex-lejía (legionario) y yo cuando el camarero “Herrera”, sin previo aviso nos rocía intensamente con ambientador.
-        Joder Herrera le espeto.
-        Es que aquí el colega tuyo, dice agarrándose la nariz con pulgar e índice.
-        Ya  pero un poco de tacto ¿no?
Mi socio, comiendo los pinchos y bebiendo cañas no le paro bola al “camata”. Aunque con sus dos metros, su humor de perro callejero y “empalmado” (con arma blanca como todos los que duermen en la calle), Herrera le hubiera durado menos que la aceituna que tragaba.
-        Ya te digo, me comenta –sin inmutarse por el perfume- lo que había que hacer aquí es un “Banderín de Enganche”, nos sacaría a muchos de la calle y le daríamos caña al moro.
Esta conversación sucedía cuando lo del islote de “Perejil”.
Y ahora con los tiempos en que estamos viene al pelo, tanto remilgo y tanta consideración:
Si empezamos una puta guerra – bueno la empezó Aznar- orita lo que hay que hacer es ganarla y punto me dijo mi compadre.
O a Brasil que están quemándonos el mundo, dónde sea, fuera de la calle, comidos y con una soldada, como el Alatriste ese. El tipo cuando no huele mucho y lo deja pasar el segurata de la puerta se va a leer a unos almacenes de la Plaza de Callao en unas escaleritas, sentado con los niños en una vitrina. “Calentito y con cultura, faltaba que pagaran las birras” comenta.
A dónde sea a morir por una bandera aunque sea la de este país de mierda que nos está jodiendo, como siempre con unos jefes de mierda.
Mejor que huela a porro, a sándalo o a puta que a pobre –dice por fin- para que venga este maricón a echarnos el filt.
“A ver Herrera pon otras dos cañas con un buen pincho que paga mi amigo” dice el lejía.
Y cuando llegan apostilla:
“Te lo digo yo, un Banderín de Enganche”.
Me choca su caña con la mía brindando:
“Por el Tercio”.

José Juan Aparicio.
 7-Diciembre-2015.


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