Animal
Print.
En los 80, en las discos de salsa de la calle ocho de Miami,
los sitios latinos como el Chateau Madrid de Nueva York, o los bares de
teiboleras (strip tease) de Tampa, así como en los puti-clubs de aquí en España
hacían furor entre las chicas los monos ajustados imitando pieles de animales.
Cebra, serpiente, cocodrilo, tigre y jaguar eran los más populares.
Lo que se conoce en el mundo de la alta costura como “animal
print”.
Igual se los ponía Tina Turner, Celia Cruz o Rosie Perez.
Los que se creen que la revolución sexual empezó con la
minifalda y el bikini, se equivocan de plano.
Empezó con el mono ajustado animal-print.
La verdad es que desde el principio de los tiempos, en el
sexo masculino estuvo muy de moda también el animal-print, sobre todo de la
frente p´arriba.
Pero ese es un tema mucho más incómodo para los varones y
habrá que tratarlo en capítulo aparte.
Los que tuvieron, tuvimos la suerte de bailar y caminar por
la calle del brazo o de la mano con alguna de esas mujeres, sabemos lo que se
siente al contacto con la piel de las mejores hembras de todas las especies que
pueblan la tierra.
“La suavidad de su potencia”.
Porque esas hembras son las que llevaron a la especie humana
al dominio, orita excesivo, de su medio natural. Otra vez la Tierra.
Y por tanto la doble piel animal le viene que ni pintada,
sea de reptil, mamífero o ave a las mujeres.
“Cuando le habló bonito, con las luces rojas, la piel
tostadita y cariñito en los labios, el güey se entregó, firmaría que mató a Kennedy
o nueve mil plazos para el Rancho de Sonora, con tal de seguir respirando a su
lado”.
Por algo los cinco animales preferidos de la mujer son:
1-
Una
“Gatita” (Chacha) en la cocina.
2-
Un
Jaguar en el garaje.
3-
Un
mink (Visón) en el armario.
4-
Un
tigre en la cama.
5-
UN
GÜEY (buey) para que pague todo eso.
Y lo pagará encantado con tal de entrar en el “GOCE PAGANO”
de Bogotá del brazo de una anaconda con mamas.
José Juan Aparicio
10-Octubre-2015.
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