Abejas
africanizadas.
La forma en que puede influir la televisión en la mentalidad
de los pendejos no para de sorprenderme:
Mamás que pasean bebes de silicona con toda la ternura y
cara de amor.
Yo creía que era un síntoma de senectud, pero ayer me encontré
en una tienda de repuestos a un capullo joven pidiendo “pintura autosoldable” y
“masilla volumétrica”. “Estoy restaurando un carro”, le dijo al estafador de la
tienda.
¿Vendrían en pateras o por el aire?
Y de postre, el cartero se me queja que le picaron las
avispas “africanizadas” de mi buzón. “O las echas o no te traigo más multas”.
Evidentemente, decidí dejarlas.
Lo de las abejas también se ve en los programas de
supervivencia de TV, claro con más peligro para los que van en pelotas.
En realidad a las avispas “galleguizadas” de mi eido, lo
único que les mola es la sal de mi orina, cuando me meo en una maceta del
“jardín”. Ellas se chutan el pis y a mi me dejan en paz, sin anafilaxis ni na
de eso. Eso si, me van a buscar la ruina con las visitas que se ponen nerviosas
a manotearlas cuando les pasan cerquita.
Lo de la restauración esta de mil para los que no follan
porque entretiene mucho y es un mundo con amplias posibilidades laborales en
tiempo de crisis. Te puedes reciclar en chatarrero fashion, en tapicero delux o
en anticuario estilo “Xirelo”, o sea tonto de baba a perpetuidad pero con lana
y esclavo portugués. Nuevas salidas para nuestra crisis del €.
Y para colmo me entero de que no se pueden vender coches en
plan “coyote”, porque es ilegal, eso corresponde a los revendedores
profesionales y tal.
Por lo visto sólo es legal la “cuota” mafiosa que impone a
los ambulantes del mercadillo el Rey de los Gitanos, estilo Guerrero en Mex o
la tesorería del PP, también muy “igualada” a las tarugadas políticas de mi
México querido.
Casi prefiero lo de las avispas, por la tele o en directo.
José Juan Aparicio.
10-Febrero-2015.
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