Entradas populares

Vistas de página en total

jueves, 9 de octubre de 2014

VIRUS



VIRUS

Río Ébola, República Democrática del Congo, antiguo Zaire.
De ahí viene el nombre de la criatura.
La Peste de Justiniano (Siglos.VI-VII), se cree que fue peste bubónica, pero no se puede asegurar científicamente, mató a 40 millones de personas, 100 millones según el historiador Procopio que también dice que estuvo a punto de borrar al ser humano –que pena- de la faz de la tierra. Esta pudo ser la peor pandemia sufrida por la humanidad.
La Peste Negra (Siglo XIV, años 1346-1347), mató en Europa a la mitad de la población, 30 millones de almas. Entre 40 y 60 millones más de individuos en Asia y África.
El SIDA ya se ha echado a un buen de gentes desde su aparición por estos lares, es muy difícil encontrar datos absolutos, pero todos tenemos conocidos – con nombre, apellido y mote- en el más allá, dónde han sido llevados de la manita del “bicho”.
La mortalidad de los afectados por ébola esta en torno al 90%.
Aquí las cifras –pocas de momento, dicen- son mucho más oscuras. Menos de 20.000 en África.
En los siglos anteriores al XX, los experimentos se hacían con gaseosa y egipcios y romanos, desguazaban cadáveres, embalsamaban e investigaban con mayor o menor clandestinidad e impunidad. Si, como siempre se bajaron pobres, menesterosos y enemigos a favor de la ciencia –o de los dioses- pero sin aventurarse, en gran parte por desconocimiento, a jugar con animalitos pequeños pero cabrones en el laboratorio.
Por otra parte, parece comprobado que este planeta se autorregula, de vez en cuando, si se lo chingan y si sobra personal.
Y el poder, las industrias farmacéuticas y los científicos locos se están pasando de lanzas.
Vuelvo a lo mismo, la plaga, somos nosotros.
El hacinamiento en favor de la seguridad del clan es nefasto.
A los carnívoros no les sirve de nada matar cinco presas que mañana se les van a pudrir o las van a comer otros. Esa pretendida seguridad de estar abastecido para mañana es una ilusión de especies poco adaptadas al hábitat natural y sin recursos efectivos de supervivencia.
Si, la hembra buscará al macho alfa que la surta y la defienda de día en día. O la hembra alfa – pregúntenle a las hienas que hay muchas- al machito que le vigile la guardería.
Sin agobiarlos nunca de trabajo, la dormida es debajo de un árbol y al super se va todos los días, que no hay nevera.
A los candidatos ideales para la reproducción se les viene exigiendo siempre lo mismo:
Que se pongan listos y se sepan al dedillo la ley de la selva:
“Solo se puede matar para comer o evitar ser comido”. Y aclara el párrafo 1 epígrafe 1.
LO QUE TE VAS A COMER HOY GÜEY.

José Juan Aparicio.
9-Septiembre-2014.


No hay comentarios:

Publicar un comentario