Sueltos de mi novela:
CUERVO
En aquellas circunstancias, con todo vuelto del revés y el
peligro detrás de cada árbol Spy y su manada (los dos perros) iban a necesitar
– a pesar de la ventaja que les daba el kayak- una ayuda suplementaria. Algo
moderno, pero más antiguo. Ligero, barato, autotransportable y sobre todo
riguroso. Se imponía una perspectiva aérea, algo que mejora y distancia –muy
importante esto último- la percepción de las cosas, el paisaje y sobre todo los
problemas y las oportunidades.
Porque como ya habíamos comentado antes, más que nunca en la
naturaleza y en la vida sostenible todo es una cuestión de ver y aprovechar
oportunidades.
Por eso aquel cuervo chillón del árbol, que tan mal caía a
los canes y que contemplaba con paciencia como estos pelaban unos huesos fue
una revelación para el hombre.
Los graznidos no eran para incomodar, los vuelos alternados
con estancias cortas en la rama próxima al campamento, empezaban a chocarle al
tipo. Ir, revolotear un rato, primero cerca, luego lejos, bastante alto y
volver a la rama. Un ciclo estudiado. Ir, volver, una y otra vez.
Chinnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!!!!!!!!! Que puto carajo de cuervo.
Su chingada madre. Aquí pasa algo.
José Juan Aparicio 24-Abril-2014.
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