CHANCE
Una tía o un tipo con una libretica iban por los bares,
locales, o en la calle pregonando: “Chance”. Te apuntaban unos números en la
libreta y si te tocaba, pues luego te pagaban.
Este es el juego de suerte y
azar más antiguo y jugado en Colombia y consiste en acertar el resultado de una
lotería o sorteo.
Al fin y al cabo suerte es lo
que hace falta a veces en la partida diaria que es la puta vida.
“Ahí sólo vives tu”. Me dijo un
familiar refiriéndose a mi cantón (ver diccionario mex….). “Es que vives como
bohemio”, agregó una enfermera pija, suavizando el término al opinar sobre el
jacalito que ocupo. Otra elementa más carota, pero que –hay que reconocerlo-
explica la O por lo
redondo, simplemente comento:”Vives como indigente”. Y la última de las encuestadas,
sin preguntarle na comenta: “A tu edad, el pisito ta refeo”.
Y
reconozco –mea culpa seguro- que todos y cada uno de ellos-ellas tiene razón.
Mi loft
está un poco indecoroso en este momento de invierno, lluvias seguidas, ciclogenesis
y demás inclemencias.
Pero,
ni modo, es lo que hay wey.
La
historia se escribe desde estos sitios. De los palacios y chales de lujo nunca
salió ningún buen relato, tampoco destacaron en esos lugares gentes con
facilidad para componer “corridos prohibidos”, que las pijas no saben bailar.
Porque las pijas (esa será otra historia) no saben bailar nada. Simplemente
porque carecen de sentido del ritmo. Y no van a aprender nunca. Ni falta que
hace.
Entonces
la chance, la suerte, que yo creo se juega a diario, en un volado, va y viene. Y
lo que hay que hacer es llevar numeritos para que te toque.
El vago, indecoroso, conformista y abandonado,
aquí dónde parece, tiene los deberes hechos. Comprados y adquiridos varios
números. Porque, contra todo pronóstico, se lo ha currado. Aquí están mis
pistas, toditas, sin fallar un puto mes. Mis treinta corridos con su letrica y
su música, mis cuarenta cuadros, mis fotos, las trescientas paginas de mi
novela en stand-by, una genial idea para un programa de TV, que estoy blindando
y mis narices con el tabique desviado por un hijueputa envidioso que me ganó
por puntos, pero al que le puse la jeta hasta que se cansó de madreármela.
Y mi “Chance”,
mi suerte, me la juego, yo solito, tos los días en todas partes. Por supuesto
también se que la suerte del pobre es el trabajo. Que orita no hay. (orita en
mex es sin h, ya me he dado cuenta, así que perdonen los “horitas” anteriores,
pero como que corrija el Tato) . Así que insisto:
Algún
día a los que jugamos, nos toca. Ganar o perder. Y no se confíen. Siempre se
puede bajar uno o varios peldaños de golpe. Aunque te creas que ya estas en la
catacumbas.
A la
que no le guste pobre, lo siento, la cosa es así y de:”Come y calla” na.
Prefiero ayunar a comer en silencio mirando para otro lado. Aunque una ya me dijo el otro día:
-“¿Porque
no jugamos a medias a la primi?”
Y yo,
que pa eso del “chance” soy muy delicado, pues di una evasiva.
Por no
decir la verdad, que ya se sabe no hace amigos y que sería esta:
-
Tú apáñate con tu suerte y déjame a mí la mía. Te
deseo la mejor.
-
Tú en tu palacio y yo en mi jacal.
José
Juan Aparicio 27-Febrero-2014.
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