SABER CHINGARSE.
Mi amigo
“El Werito” pagó el recibo de la luz por los pelos. El último día, con recargo.
Gracias a un generoso préstamo.
Y, para
variar, empezó el año como siempre.
Sin pena ni
gloria.
Convertido ya
en un experto en el arte de “Saber chingarse”.
Para aprobar esa asignatura siempre hay a mano maestros y profesoras dispuestos a
ayudar en la consecución del doctorado.
Al final
todo son ciclos.
Unos más
largos que otros.
Y algunos
eternos.
Tan
extensos que te pueden llevar a la tumba.
La única
forma de abreviar esos ciclos es con cambios.
De sitio,
de pensamiento, de hábitos, de humor y de COMPAÑÍAS.
Pues el
viaje más importante, siempre se hace sólo, a no ser que te lleves a alguien
por delante. Y ese seguro que va de mala gana.
José Juan Aparicio
30-Enero-2014.
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