LA SECA

“LA SECA”

De “seca” no tiene nada, pues diluvia encima del coche invisible a las dos del mediodía en el mercadillo de sábado tarde de Poio, Pontevedra, en “La Seca”.

Soy el único feriante a esa hora en el aparcamiento. En teoría el tianguis empieza a las cuatro y la cosa pinta muy mal. Me vine de todas todas, a pesar de que la mañana estaba mala, con la esperanza de que fuera a escampar.

A ver si vendía algo de género, pues la RISGA no da para nada. Y de los atrasos prefiero no hablar.

Lo del coche invisible es fácil: está protegido por una Virgen y un par de difuntas y pasa delante de la poli, la Guardia Civil y todo lo demás sin que lo vean.

Alguna ventaja tenía que tener el cacharro.

Y la única buena noticia –si no hay mercadillo por las inclemencias del tiempo- es que estoy en Pontevedra. Al lado del mayor baile de paletos de España. Eso si, mi pinta no es nada fashion con las dos puertas viejas –que uso de mesas- encima de la baca del carro.

Pero no creo que eso sea un inconveniente: “En peores palenques hemos peliado los gallos”.

-“¿Y esas puertas?”

-“Nada cari, es que estoy reformando el apartamento”.

-“¿Y todas esas cajas?”.

-“Unos pantalones de serpiente preciosos que luego te dejo probar”.

-“Tu tranqui, que de que reenganchamos en la bailada de Monçao (Portugal), ya descargo yo todo en mi keli que queda de paso.

A la final escampó. Monté mi pequeño Corte Inglés: sudaderas a 6 pavos, pantalones y cazadoras de víbora a 5 €, transparencias y ropa erótico-festivo-musical a 4 €. ¿Quién da más?

Como solo estamos cuatro, los chachos, el negro, el marroquí y yo, tocamos a más. Y algo hicimos, casi el ridículo, pero bueno.

Y de vuelta –joder si está al ladito- una pasadita por La Luna.

Cumbia, bachata y sólo un par de corridos –una pena- pero lo mejor la recompensa del paciente.

 Tal cual y literal:

-         “¿Pero dónde me llevas amor?”. Me dice mi peruana favorita.

-         “Pues dónde va a ser cielo a bailar al extranjero y después a dónde tu quieras”.

-         “Pero hace mucha hambre”.

-         “Ya cenamos de camino”.

-         “¿Por cierto cuantos pantalones me vas a comprar?”.

-         “Hay cariño no seas sangrón”.

-         “¿Pero tu eres peruana o mex?”.

Y esto es todo por hoy amigos.

El resto es otra historia. Y yo no soy ningún bocazas. Más que nada por aquello de: “Frene la hijueputa lengua compa, puede ser un arma mortal”.

José Juan Aparicio 9-Diciembre- 2013