Fuego
Interno
El
fuego interno necesario para hacer la revolución lo perdí pronto.
Cuando, después de las primeras manifestaciones, me di cuenta de que
iban los barbas del antiguo PC.
Poco
después comprobé en vivo y en directo como funcionaban los
sociatas.
Y
para que hablar pues, de los de derechas, todavía más pendejos si
cabe.
Y
claro, cuando cada vez está más claro, que en este país de mierda
la única solución pasa por darles piso a más de media docena, la
evidencia vuelve a llevar bigote como Zapata y Villa o pantalones
como Adela Velarde.
Lo
malo, no es que los de mi edad o generación no estén para
chingaderas. Lo duro es notar que los pelados de horita a lo más que
llegan es a quejarse con cartelitos del face.
Porque
a nosotros nos idiotizaron con la tele, pero en este momento
aniquilan la razón con medios más sutiles.
Que
todo dios sabe como se llaman: twiter, redes sociales y 4 ges.
Cuatro
ges de idiotez que es lo que gastan viejas y nuevas generaciones de
(ja,ja,ja) libre pensadores modernos.
Lo
importante es conformarse con colgar la foto de uno mismo perreando
en la disco con cuatro babosos/as.
Poner
“me gusta” a el mac de última generación y creerse el Casanova
de la red por chatiar con media docena de imbéciles del mismo pelo
que uno/una.
De
esos que lo único que buscan es una vacación de cutre y de gratis
con revolcón incluido.
Lo
siento, pero la verdadera libertad está en vaciar el cargador en la
pareja de verde que te pide los papeles por pasar a 60 el radar de
20.
Que
eran – mira que coincidencia – los que en mi época decían a las
chicas que estudiaban psicologia, cuando estaban matriculados en la
escuela de la pasma o de la guardia civil. Y es que recién muerto
Paco, de poli no se ligaba nada.
En
el fondo y en la forma los cambios siempre suceden de la misma
manera:
“Llega
un emigrante con pelotas y se chinga a tres o cuatro perros del poder
y después se echa a cuarto y mitad de gobernantes”.
Y
cuando los del fuerte sacan la bandera blanca cagaditos de miedo, los
apaches se limpian el culo con ella y le dan lo suyo a los de la
rendición.
Ya
se sabe:
“En
la guerra y en el amor todo vale”.
¿No
es verdad señor presidente?
¿Cierto
chatita?
José
Juan Aparicio. 24-Junio-2013.
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