El otro día, cuando fui a fichar a la oficina del paro me
fije, aunque pasa siempre no había caído, en que todos los que estaban esperando
para hacer sus gestiones. O sea para na. Estaban con la cabeza gacha y el dedo índice
de su mano derecha dándole para arriba y para abajo a la pantalla táctil de su celular
de dieciseisava generación.
Un tic normal y corriente en este tecnológico mundo en que
vivimos. Hasta ahí todo correcto. Todo ok.
Todo en paz, todo tranki, todos con su juguetito duro y dale,
móvil para acá y móvil para allá.
-
“Pues
no señora no hay nada y tiene usted que tener quince años cotizados para poder
cobrar algo”.
-
“Si,
tienes que venir el día indicado, porque sino pierdes la prestación”.
Conversaciones normales en esos sitios de perversión y
muchos pitidos glin, piii, zoink zoink, glu glu, tachín, tachin. Aparte de
musiquitas de rap, salsa y demás pendejadas en el timbre de los aparatitos. Wasaps
etc, etc.
Muy tecnológico to.
-
“Si
cari, en cuanto salga paso por el super para meterle crédito a tu Black, que si
churri, que no me olvido, cinco euros, vale, besitos”.
Y a todo esto también me pita a mí el aparatito que no suena
nunca cuando uno esta boquerón:
- “Cargue hoy
diez euros y mañana le metemos otros diez gratis por el culo”. Joder que
chollo.
Lo mismo pasa en la cola del pan, o en la sala de espera del
ambulatorio. La charla no es con el de al lado, como antes:
-“Pos si yo también
me voy a cambiar porque ese cabrón de D. Augusto le dices que estás resfriada y
lo primero que hace es mandarte desnudar. Y claro, Sofi, eso no mola nada, que
se entera mi Tomás y le da en la madre a ese wey”.
Ahorita la charla es escrita y gratis:
-
“T
vi a meter como m sigs tocnd ls huevs”: enviar.
-
“Perdn tron es q toy colocad”.enviar.
Y de repente vuelve a sonar mi cel con la melodia de espia
mind o algo asi:
- “¿Bueno?”
- “¿El Sr José
Juan Aparicio?”.
- “Si, diga”.
- “Aquí de
Banesto, que tiene usted un descubierto de 175 euros,
que era por
lo del embargo y tal”.
Y de repente, a la antigua, estilo corresponsal de guerra
cuando le dicen lo de las facturas infladas:
- “Pues si, oiga,
oiga, piiiiiiii, piiiiiiii, chaffffff, chafffffff, en vez de mover el cable, se
agita el teléfono en el aire. Si, es que estoy en un sitio con muy mala
cobertura. Si, perdone no le oigo nada, es que se va a cortar, siiiiiiii,
siiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiii, oigaaaaaaaaaaa, oigaaaaaaaaa”.
Y luego pulsar en un botón con un telefonito rojo dibujado
que creo quiere decir colgar, antes sonaría: chaff, en uno de cable.
Hay que reconocer las ventajas de la tecnología:
Siempre es más sano pulsar el botoncito rojo que decir:
“Embarga a tu madre, hijo de la chingada”.
José Juan Aparicio.
26 de Febrero de 2013.
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