Por suerte o por desgracia he bailado bastantes veces con La Pelona. Suelto y agarradito. De día y de noche. En el río y en el mar. En coche y en moto. En la tierra y en el asfalto. En la manigua y en el centro de la ciudad. En la nieve y en el quirófano. Sólo y acompañado. Supongo que como mucha gente.
La verdad es que nunca la he invitado yo. Siempre ha sido ella quien se ha empeñado en sellar mi carnet de baile.
Pos si toca hágale vieja.
Aunque cantarle las rancheras si que lo he hecho voluntariamente. Será por eso que me da cancha?
Así que con la peli a medias - 54, 27 en cada pata - ya no me cuesta tanto contarle los pelos del rabo al diablo. A los gatos - con sus siete vidas - los adelante hace tiempo.
Y aunque vienen mal dadas hoy 11 de Mayo del 2011 es el día de la gratitud.
Así que quiero agradecer a La Madre Naturaleza - que muchos tienen prisa en cargarse - y a la que me parió estar aquí.
Poder sacar los perros a las ocho de la mañana y sentir la cursilada de la: brisita moviendo las espigas y refrescándome la cara en un día claro y soleado de primavera.
Poder agradecer a los amigos su apoyo y a los enemigos su mala baba que tanto me inspira.
Agradezco al Gobierno que todavía nos deje respirar, aunque sea tomando aire de minuto en minuto.
Agradezco a un Dios que no dónde está, pero si sé dónde no está - iglesias y sotanas - que aún no se haya ido todo a la mierda. Con el empeño que ponen algunos.
Agradezco las medallitas que llevo en la cartera vacía.
Aclaro: esto no es un testamento. Sería más bien una nueva petición indefinida de crédito a la Doña.
Y claro agradezco inmensamente a La Pelona haberme dado tanta vidilla.
Gracias RECHULA y por mi no te des prisa.
José Juan Aparicio.
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