Lo bueno de tener enemigos y muchos.
Es que el mundo gira, los vientos cambian y el cáncer no
perdona.
Si me muero yo primero pos ni modo.
Si de pronto me da el alzheimer con toda, ni madres.
Lo malo es conservar la memoria y acordarse de que sólo
existe un placer máximo –varios grados antes-
del sexo con amor:
“Me ha dicho el médico que lo del pulmón está jodido, que a
ver si duro tres meses”.
“No más vengo a decirte porque a ti te quedan 3 segundos
cabrón”.
Y la última silaba, el “ón” con acento, coincidió con el
sonido del putazo.
Ese que sale del cañón del Colt Cobra.
A esa distancia derechito y a la cabeza, para que no colee
el güey.
Y bueno, como quedan tres meses, sin prisa, pero sin pausa
vamos a por otro que tengo muchos. Con calma, a “venadearlo” como debe ser sin
que te vea por el ojo de la nuca.
“Oye que mataron a Antonio”.
“Si ya le ví en el tanatorio, di el pésame a la viuda, era
un figura, hasta en la caja tenía cara de fregón”.
José Juan Aparicio.
30-Marzo-2019.
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