ENFADO TÁCTICO.
Cuando alguien, que evidentemente no se puede llamar
persona, no quiere dar la cara o extenderse en explicaciones, normalmente sobre
actitudes deshonestas o erróneas emplea el “Enfado Táctico”.
O sea emputarse porque sí, porque pasó una hormiga, porque
calienta el sol, porque hace frío, porque Juan de la Chingada estornudó o
porque a María Martillo le duele una muela.
El fulano o la mengana no va a dar explicaciones o sea que
alegar es una pendejada.
Lo mejor en esos casos es alejarse lo antes posible sin abrir
la boca.
Dejar pasar el tiempo, ese que lo cura todo, o que hacer
rolar el viento hacia el sitio favorable.
Si el tiempo te cerró la heridita, con o sin ayuda de
mezcales y tequilas, pues tán tán, cojonudo.
Y si tiempo y viento te colocan a ti, horita, en una
posición de ventaja y eres de los que olvidan sólo después de un velorio te
quedan dos opciones:
El estilo Sinaloa: “Primero te tuerzo a ti, a tu hermano y
a tu ma. Luego desentierro al cabrón de tu pá y a tu abuelo, les meto cuatro
plomazos a cada uno y los vuelvo a enterrar".
O el estilo Oleg Yasikov: (Gracias Maestro P. Reverte). Ver La Reina del Sur pág 297.
“Hay algo necesario. Sí. En este negocio –Yasikov se
indicaba los ojos con los dedos índice y corazón-. Mirar a un hombre y saber
enseguida dos cosas. Primera, por cuanto se va a vender. Segunda cuando lo
tienes que matar”.
Y eso no será un “Enfado Táctico”.
Será un “PUTAZO” como Dios manda.
Seguro que os sobrarán candidatos.
A cada quien lo suyo.
José Juan Aparicio.
26-Junio-2018.